Otra startup de coches eléctricos se declara en bancarrota
Este fabricante de coches eléctricos estadounidense se ha declarado en quiebra según el Capítulo 7 y dejará de operar con efecto inmediato en la última quiebra de una startup de coches eléctricos.
No es fácil lanzar un coche eléctrico, pero más difícil es lograr que este tenga ventas y logre beneficios para la empresa. El infierno de producción al que se han enfrentado antes o después todas las pequeñas empresas que lo han intentado, y que esta vez se ha llevado por delante a una prometedora iniciativa. Canoo.
Esta se ha declarado en quiebra, y dejará de operar con efecto inmediato. En su propio comunicado, el fabricante de coches eléctricos afirma que se ha declarado en quiebra, siendo el factor decisivo el no poder convertir un compromiso de préstamo condicional del Departamento de Energía de Estados Unidos en un préstamo definitivo.
Según la empresa, las conversaciones posteriores con inversores extranjeros no dieron resultado, por lo que «la Junta Directiva ha tomado la difícil decisión de declararse en quiebra».
Tony Aquila, nombrado en el comunicado de prensa de Canoo no solo como presidente y director ejecutivo, sino también como uno de los mayores inversores de la empresa, comentó sobre el cierre de la empresa de la siguiente manera: “Nos gustaría agradecer a los empleados de la empresa por su dedicación y trabajo duro. Sabemos que creyeron en nuestra empresa como lo hicimos nosotros. Estamos realmente decepcionados de que las cosas hayan resultado como lo hicieron.»
Para preservar los activos de la quiebra, Canoo cesará sus actividades con efecto inmediato. Además, un auditor designado por el tribunal se encargará de la liquidación de los activos de la empresa, lo que nos indica que no hay posibilidades de una recuperación como cuando optan por el Capítulo 11, que brinda protección para reestructurarse.
En el centro de la actividad de Canoo se encontraba el Lifestyle Vehicle (LV) y su variante de carga, el Lifestyle Delivery Vehicle (LDV). El fabricante construyó ambos en una planta adquirida en el estado estadounidense de Oklahoma a finales de 2022. A principios de 2024, las señales seguían apuntando a una expansión. Canoo se hizo cargo de partes importantes de la maquinaria de producción del desarrollador británico de vehículos eléctricos en quiebra Arrival. El equipo debía recogerse en más de 20 contenedores y enviarse por mar a las instalaciones de producción de Canoo en Oklahoma, pero esto nunca llegó a suceder.
La empresa quería expandirse rápidamente más allá de EE. UU., pero los planes para la producción europea fracasaron. En el mercado estadounidense, sin embargo, Canoo consiguió algunos clientes importantes. En enero de 2024, por ejemplo, recibió un pedido del Servicio Postal (USPS). Antes de esto, ya había firmado contratos con la empresa de alquiler de vehículos Kingbee, el proveedor de leasing de flotas Zeeba y Walmart , algunos de los cuales eran por volúmenes de compra de cuatro dígitos. No se sabe nada sobre el estado de la tramitación del pedido.
Lo que sí está claro es que Canoo ha tenido que lidiar a menudo con cuellos de botella de liquidez. En mayo de 2022 , la empresa comunicó a la SEC en una declaración obligatoria que estaba atravesando dificultades financieras que amenazaban su existencia. En su informe trimestral, Canoo advirtió «que existen dudas significativas sobre la capacidad de la empresa para continuar como empresa en marcha». Al mismo tiempo, surgieron rumores de que Canoo podría ser candidata a una adquisición.
Desde entonces, la posición negociadora de la startup, que atraviesa dificultades económicas, ha sido débil. Por ejemplo, Canoo tuvo que tragarse unos cuantos sapos para conseguir un gran pedido de Walmart. Walmart se aseguró la opción de adquirir hasta una cuarta parte de Canoo en el futuro, y a Canoo tampoco se le permitió vender vehículos a Amazon mientras durara el acuerdo.
También se cancelaron acuerdos de colaboración cruciales, como el firmado con Hyundai en 2021, que finalmente se echó para atrás.
El golpe más duro llegó en 2023, cuando la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos impuso a Canoo una multa de 1,5 millones de dólares por supuestamente engañar a los inversores en relación con su salida a Bolsa. Esto también tuvo consecuencias personales para el entonces director ejecutivo Ulrich Kranz.
Tras su propia investigación, la SEC está segura de que Canoo supuestamente engañó a los inversores con previsiones de ingresos poco realistas por un total de cientos de millones de dólares antes de salir a bolsa en 2020, lo que supuso el principio del fin de la compañía.
Fuente | Canoo