Alemania quiere que los híbridos enchufables se vean obligados a cargar la batería

La industria automovilística alemana lanza una propuesta cuando menos polémica para evitar la muerte prematura de los híbridos enchufables. Quieren forzar su uso eléctrico con restricciones técnicas si no se cargan. La medida busca frenar la presión regulatoria de la Unión Europea y alargar los motores de combustión más allá de 2035.

Alemania quiere que los híbridos enchufables se vean obligados a cargar la batería
Audi híbrido enchufable

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Publicado: 28/10/2025 09:16

La industria automovilística alemana se enfrenta a uno de los mayores dilemas tecnológicos y normativos de los últimos años. Mientras la Unión Europea mantiene firme su hoja de ruta hacia la prohibición de los motores de combustión en 2035, los híbridos enchufables han quedado atrapados en una zona gris: ni completamente eléctricos ni dependientes al 100% del motor térmico, su viabilidad futura depende de cómo se utilicen… y esa es precisamente la incógnita que ha llevado al sector a plantear una propuesta inesperada.

Y es que diferentes estudios han puesto sobre la mesa que una cantidad mucho más alta de lo esperado de usuarios apenas recargan su híbrido enchufable. Algo que tiene mucho que ver con que son coches elegidos por las empresas para sus flotas, y que estas pagan la gasolina pero no la electricidad. Y los trabajadores no son tontos y prefieren lo gratis a lo pagado por su bolsillo.

Ante esta situación, según informa el diario alemán Spiegel, la presidenta de la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil (VDA), Hildegard Müller, ha reconocido que esto pone en entredicho los beneficios reales de esta tecnología en términos de reducción de emisiones. Para evitar que los PHEV sean arrastrados por el veto a los combustibles fósiles en 2035, la patronal alemana sugiere una medida tan controvertida como innovadora: imponer por ley la obligación de cargar regularmente la batería.

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Según ha explicado Müller, los híbridos del futuro podrían ser diseñados para exigir al usuario una recarga cada cierta cantidad de kilómetros recorridos. Si no se cumple esa carga mínima, el vehículo limitaría automáticamente su rendimiento, restringiendo la potencia del motor de combustión. Esta idea busca forzar un uso más coherente del sistema eléctrico de estos modelos y, al mismo tiempo, conservar la ventana de oportunidad que representan en el proceso de transición hacia el coche eléctrico puro.

Este planteamiento responde a la creciente presión regulatoria. Desde Bruselas, las voces críticas con los híbridos enchufables han ganado peso tras varios informes que apuntan a una brecha importante entre las emisiones homologadas y las reales. El uso mayoritario del motor térmico por parte de los conductores reduce a la mínima expresión las ventajas medioambientales que justificaron su expansión en el mercado. Modelos como el Mercedes GLC, el BMW Serie 3 híbrido o el Volkswagen Passat GTE han sido señalados por ofrecer una eficiencia teórica que no siempre se traslada al uso cotidiano.

Por tanto, el mensaje del VDA es claro: si la UE no quiere que los híbridos se conviertan en un callejón sin salida, hay que redefinir sus condiciones de uso. La idea de limitar la potencia cuando no se recargue la batería puede parecer drástica, pero va en línea con lo que ya hacen algunas marcas mediante alertas o recomendaciones. La diferencia está en convertir esas sugerencias en obligaciones técnicas vinculadas al funcionamiento del vehículo.

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El presidente de la conferencia, Alexander Schweitzer, del SPD, afirmó que “el futuro es eléctrico, sin duda”, pero también advirtió que la transición debe ser viable tanto técnica como económicamente. De ahí que se esté planteando la posibilidad de mantener vivos algunos segmentos híbridos o térmicos más allá de 2035, como solución puente.

En este contexto, la propuesta de imponer la recarga obligatoria no solo busca mantener con vida a los híbridos enchufables. También funciona como mensaje político y técnico: la industria no quiere renunciar a los modelos que ya están en circulación ni a los que aún pueden aportar a corto y medio plazo si se utilizan de forma eficiente.

Opinión

Un mensaje algo y claro de que la industria y el sector político de Alemania se ha posicionado claramente por estirar el chicle del motor de combustión, incluso con ideas de torero bombero como esta, que además de absurda, puede resultar también peligrosa ya que limitar la potencia de un coche hace que maniobras como el adelantamiento sean un poco más peligrosas. Y provocarlo de forma artificial suena a idea terriblemente mala.

Lo que tienen que hacer es vincular los beneficios de conducir en modo eléctrico a los km que haga el coche en ese modo. El acceso a las zonas de bajas emisiones por ejemplo, el aparcamiento en zonas reservadas a coches eléctricos, o los beneficios fiscales, deberían estar supeditados al porcentaje de uso en modo gasolina y eléctrico. Algo que la normativa ya contempla para medir las emisiones reales de estos vehículos, por lo que no será complicado aplicarlo a otros aspectos.

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