
Maserati se hunde y este gigante chino quiere comprársela a Stellantis
Las cosas no le van bien a Maserati: sus ventas se han hundido a plomo, y el grupo Stellantis estaría estudiando su venta total o parcial al grupo chino Dongfeng.

A pesar de que cuenta con una gama relativamente nueva, Maserati está atravesando una de las mayores crisis de su historia. La firma de lujo perteneciente a Stellantis ha visto sus ventas caer en picado desde el segundo semestre de 2023, hasta el punto de que ha perdido la mitad de su volumen en apenas dos años. Una situación que ha encendido todas las alarmas en la casa italiana.
En 2024, las entregas de Maserati cayeron de las 26.600 unidades del ejercicio anterior a apenas 11.300 unidades. Esta reducción del 57% resulta especialmente preocupante si tenemos en cuenta que su alineación se renovó por completo en los últimos tiempos: los Grecale y GranTurismo debutaron en 2022, el GranCabrio llegó en 2024, y el MC20 se ha transformado hace escasos meses en el MCPura tras su restyling de mitad de vida.
Durante meses han circulado numerosos rumores que apuntan a que el grupo estaría estudiando vender la histórica marca al mejor postor, algo que hasta ahora ha sido desmentido por la compañía. Sin embargo, fuentes del sector aseguran que el gigante chino Dongfeng ya habría manteniendo las primeras conversaciones para hacerse con el control del fabricante transalpino.
Antonio Filosa, nuevo CEO de Stellantis, habría solicitado a la consultora McKinsey un informe sobre la situación de Maserati, así como posibles opciones de futuro para ella. En cualquier caso, no podemos perder de vista que una hipotética venta podría ser bloqueada por las autoridades italianas, ya que se trata de una marca nacional de especial valor simbólico.

¿Una joint venture con Dongfeng?
El Ejecutivo de Giorgia Meloni ya ha tenido encontronazos en el pasado con Stellantis; por ejemplo, llegó a bloquear el uso de la denominación Milano en el SUV más pequeño de Alfa Romeo debido a que el vehículo en cuestión se fabrica en Polonia, no en Italia. Por este motivo, los del biscione tuvieron que rebautizar su última creación como Junior.
Además, la ley 'Made in Italiy' también ha obligado al grupo a retirar la bandera italiana de los FIAT Topolino y 600, que se fabrican respectivamente en Marruecos y Polonia. Por si esto fuera poco, el año pasado se amenazó con expropiar las marcas Autobianchi e Innocenti, que llevan décadas en desuso, para dárselas a otro fabricante con la condición de que produzca sus automóviles en suelo italiano.

Lo que sí podría tener sentido sería una venta parcial; es decir, la creación de una joint venture con Dongfeng para compartir la 'custodia' de Maserati. Este movimiento, similar al llevado a cabo por Mercedes-Benz y Geely con Smart o Porsche y Rimac con Bugatti, permitiría desbloquear nuevas formas de financiación, dando además acceso a Maserati a nuevas tecnologías.
Recordemos que a principios de año Stellantis decidió cancelar una inversión de 1.500 millones de euros en Maserati, lo que obligó a descartar proyectos como el MC20 Folgore, la versión eléctrica del superdeportivo insignia de la marca. Según declaró un portavoz del conglomerado, "los estudios de mercado para el segmento de los superdeportivos y especialmente para los clientes del MC20 han demostrado que están muy interesados en conducir potentes motores de combustión interna como el V6 Nettuno, que incorpora tecnologías derivadas de la F1, pero no están listos para cambiar a los BEV [Battery Electric Vehicles]. En vista de esto, Maserati está gestionando actualmente el aumento de la producción de la versión GT2 Stradale del MC20 en Módena, que estará disponible para los clientes de Norteamérica este verano, pero ha decidido interrumpir el proyecto del MC20 BEV debido a una falta percibida de interés comercial".
Fuente | La Tribuna de Automoción


