¿Por qué un Tesla cuesta 28.000 euros en China y 40.000 euros en Europa?

Tesla vende el Model 3 en China por solo 28.000 euros, frente a los 40.000 euros de Europa. La diferencia se explica por impuestos, aranceles y estrategias de mercado. En China, muchos eléctricos de tamaño medio cuestan menos que un Dacia Spring en nuestro mercado.

¿Por qué un Tesla cuesta 28.000 euros en China y 40.000 euros en Europa?

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Publicado: 23/07/2025 07:51

Los precios de los coches eléctricos en China y Europa muestran una diferencia abismal que sigue sorprendiendo a consumidores y analistas. Mientras que en China es posible adquirir modelos con 200 o 300 km de autonomía por el equivalente a menos de 8.000 euros, en Europa es raro encontrar una opción eléctrica por debajo de los 20.000. El caso del Tesla Model 3 es ilustrativo: en China, la versión de tracción trasera cuesta 235.500 yuanes, unos 28.000 euros, mientras que en España parte de los 39.990 euros con especificaciones prácticamente idénticas.

El fenómeno no se limita a Tesla. El Smart #5 Brabus, con 475 kW de potencia y batería de 100 kWh, parte desde 279.900 yuanes en China (unos 45.000 euros), mientras que en Europa supera los 60.000 euros. Otro caso llamativo es el BYD Dolphin Surf, que en su versión china cuesta menos de 8.000 euros, frente a los 19.990 euros del modelo europeo más económico. En este último caso, sí existen diferencias estructurales y de homologación, como una carrocería más larga, baterías distintas y refuerzos adaptados a las normativas de seguridad europeas.

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BYD Seagull en China

La principal razón de esta disparidad es el intenso ajuste de precios en el mercado chino que tiene su razón en una producción muy superior a la demanda. Este exceso de oferta ha generado un entorno de descuentos masivos en el que muchas unidades se venden por debajo del coste de fabricación. En Europa, en cambio, los fabricantes priorizan la rentabilidad y se enfrentan a un marco regulatorio más exigente.

Además del modelo de negocio, hay que considerar los costes añadidos que implica importar coches eléctricos desde China a Europa. A los aranceles del 10 % se suman nuevos aranceles específicos para vehículos eléctricos chinos, que pueden superar el 30% en el caso de BYD o alcanzar el 40% si hablamos del grupo SAIC, propietario de MG. A esto hay que sumar el IVA del 21 % en Europa, frente a la exención fiscal en China, y los costes logísticos de transporte y distribución, así como el esfuerzo inversor necesario para establecer redes de ventas y posventa en el Viejo Continente.

El resultado es claro: mientras en China el coche eléctrico es accesible incluso para presupuestos modestos, tanto por la competencia como por un marco fiscal más favorable, en Europa sigue siendo, salvo contadas excepciones, una opción con un precio muy por encima de sus equivalentes con motor de combustión, principalmente en los segmentos más bajos. Esta diferencia estructural seguirá vigente mientras no se armonicen los costes regulatorios, logísticos y fiscales entre ambas regiones.

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