
Toyota no da crédito al ritmo frenético de las marcas chinas. ¿Cómo lo hacen?
Las marcas chinas son cada vez más protagonistas en los mercados internacionales y amenazan, sobre todo por sus métodos de trabajo, ingeniería y precios, a los fabricantes tradicionales. Esto es lo que más ha sorprendido a un peso pesado como Toyota.

Durante estos últimos años hemos asistido también a un intento en Europa de frenar la llegada de sus coches eléctricos con aranceles adicionales, los cuales ahora están de nuevo en duda. Y también hemos visto cómo los fabricantes tradicionales mostraban su sorpresa y admiración por el buen hacer de las marcas chinas. Ford, a través de su CEO, ha sido uno de los menos reacios a hablar bien sus ahora grandes rivales, por ejemplo.
Ahora, es Toyota la que vuelve a ser protagonista. Ya hace unos días os contamos que la marca japonesa, principal fabricante de coches a nivel mundial desde hace bastante tiempo, se había “rendido” y había dejado en manos de los ingenieros chinos el desarrollo de sus coches eléctricos. Una muestra más del creciente protagonismo que están ganando en la industria. Todo ello viene del trabajo conjunto con estos fabricantes en los últimos tiempos.
Al parecer, hay un importante aspecto ante el que Toyota está atónita sobre los métodos de trabajo de las marcas chinas. Acostumbrados a su filosofía y forma de trabajar, a su metodismo, a su especial preocupación por los detalles y por hacer de sus coches los más fiables del mercado, en Toyota están sorprendidos por la velocidad de desarrollo de los coches eléctricos por parte de los chinos. Lo descubrieron en BYD, con quien han trabajado directamente en el desarrollo de bZ3.
Para que te hagas una idea, las marcas tradicionales tardaban entre 4 y 6 años para lanzar un nuevo modelo, desarrollando durante todo el proceso varios prototipos, los cuales probaban durante una gran cantidad de kilómetros para su puesta a punto. En cambio, las marcas chinas están rompiendo estos esquemas y son capaces de reducir los tiempos a apenas 2 años. Está claro que los fabricantes del gigante asiático juegan en una liga diferente, pero también porque sus métodos de trabajo, unido a sus menores costes laborales y a su filosofía de vida centrada en el trabajo chocan con lo que están acostumbrados el resto.

A las marcas tradicionales les cuesta seguir el ritmo, y parece complicado que se dé la vuelta a la tortilla en el corto plazo. A su favor tienen que las marcas chinas están empezando, como quien dice, y todavía no podemos valorar su fiabilidad y su estado al cabo de muchos años. Toyota se ha ganado esa reputación con el paso de las décadas pero, ¿es suficiente para sobrevivir en el contexto actual que marcan los chinos? Actuar con rapidez, realizar lanzamientos rápido y luego, si hay fallos, arreglarlos con “parches”, esa parece la filosofía que predomina en un mercado, el chino, extremadamente competitivo.
Un gigante como BYD da empleo actualmente a más de 900.000 personas, casi tantos como Toyota y Volkswagen juntos, lo que habla de la enorme envergadura de la que es ahora el fabricante número uno en China. Su cultura centrada en el trabajo también contrasta con la nuestra: 12 horas al día, 6 días a la semana, con unos métodos de trabajo diferentes, apostando más por las simulaciones y la Inteligencia Artificial en lugar de las pruebas reales, así como por una integración vertical de la cadena de suministro, lo que les permite fabricar prácticamente todos los componentes de forma interna.
Solo el tiempo dirá si los fabricantes chinos vencerán a las tradicionales también en fiabilidad. Toyota se ha mostrado atónita por la velocidad de desarrollo de marcas como BYD, pero el gran valor que aportan los japoneses a sus coches, que destacan por su fiabilidad, es algo a lo que conductores como los europeos, por ejemplo, no queremos renunciar.
Fuente | InsideEVs