
Volkswagen ya prueba baterías de con electrolito sólido y fija 2030 como fecha de llegada
Volkswagen está probando baterías de estado sólido en una Ducati eléctrica con el objetivo de aplicar los conocimientos y tener un producto comercial para coches eléctricos en 2030. La tecnología promete más autonomía, menor peso y cargas más rápidas.

Durante el Salón de Munich, el Grupo Volkswagen ha confirmado que trabaja ya en la fase de pruebas con baterías de estado sólido, un paso clave hacia la industrialización de esta tecnología que podría transformar por completo el coche eléctrico. El primer prototipo funcional no es un coche, sino una moto eléctrica de Ducati, pero el objetivo es claro: tener una batería de estado sólido lista para su uso en turismos en 2030.
El prototipo utilizado en pruebas es una Ducati V21L de competición, cuya batería actúa como parte estructural del chasis. Este entorno extremo permite evaluar la resistencia de las celdas frente a vibraciones y tensiones muy superiores a las de un coche. Una experiencia que puede ser crucial para resolver uno de los mayores problemas de esta tecnología: la aparición de grietas en los electrolitos cerámicos debido a los ciclos de carga y descarga y al estrés mecánico.
El proyecto se apoya en PowerCo, la filial de Volkswagen dedicada a la producción de baterías, y en la empresa estadounidense QuantumScape. Ambas trabajan en el desarrollo de una solución comercial basada en la nueva celda unificada del Grupo, de diseño prismático, que debutará en la familia de coches eléctricos urbanos compuesta por el Cupra Raval, Skoda Epiq, Volkswagen ID Polo e ID Cross.

El gran avance de la batería de estado sólido es su densidad energética superior, que permitirá ofrecer más autonomía con el mismo espacio o reducir el tamaño del paquete de baterías para lograr coches más ligeros sin sacrificar alcance. A esto se suma una capacidad de carga más rápida, uno de los grandes cuellos de botella de las baterías actuales de ion-litio.
Aunque la moto de Ducati es la plataforma de ensayo inicial, la celda unificada está pensada para ser instalada sin grandes modificaciones en el 80% de los futuros modelos eléctricos del grupo, lo que facilitaría una transición rápida hacia el estado sólido una vez se valide su viabilidad.
El Grupo Volkswagen no será el primero en llevar esta tecnología a producción. Nissan ya ha anunciado que lanzará su primer coche eléctrico con batería de estado sólido en 2028. Por su parte, varios fabricantes chinos, como MG, comercializan ya coches con baterías semisólidas, que reducen el contenido líquido respecto a las convencionales de ion-litio, e incluso Mercedes-Benz trabaja en un prototipo del EQS con batería de estado sólido capaz de aumentar su autonomía en un 25% hasta superar los 1.000 km.
La carrera por la batería de estado sólido se intensifica y su llegada marcará un antes y un después en el mercado. Modelos que hoy rondan entre 400 y 600 km de autonomía real podrían superar los 1.000 km, acercando definitivamente al coche eléctrico a la paridad con los de combustión en todos los usos.