
Zeekr y Neta, en el centro del escándalo por inflar sus ventas
Dos de las principales marcas de coches eléctricos de China, Zeekr y Neta, han sido acusadas de hacer trampas inflando sus cifras de ventas en miles de unidades, registrando modelos antes de entregar los coches. El gobierno chino investiga estas prácticas y prepara nuevas restricciones para frenar esta forma comercial fraudulenta cuyo descubrimiento puede llevar a Neta a la bancarrota.

El sector del coche eléctrico en China, inmerso en una feroz guerra de precios y con una oferta que supera con creces la demanda, enfrenta ahora una nueva polémica. Dos de las marcas más activas del país, Neta y Zeekr, esta última presente en Europa, han sido acusadas de inflar sus cifras de ventas mediante el uso de seguros anticipados, una práctica que les permitió contabilizar vehículos como vendidos antes de que llegaran a manos de los compradores reales.
Según documentos internos y testimonios de concesionarios y clientes recogidos por Reuters, Neta habría adelantado la venta de más de 64.000 coches entre enero de 2023 y marzo de 2024 utilizando esta técnica. El procedimiento consistía en dar de alta un seguro obligatorio para los vehículos antes de entregarlos a los concesionarios, permitiendo a la marca contabilizar esas unidades como ventas, aunque todavía no estuvieran en circulación ni hubiesen sido adquiridas por el cliente final.
Zeekr, la marca premium de Geely, utilizó el mismo método a finales de 2024 en la ciudad de Xiamen, con la ayuda de su principal distribuidor local, Xiamen C&D Automobile, propiedad estatal. En diciembre de ese año, Zeekr declaró unas ventas inusualmente altas: 2.737 unidades solo en esa ciudad, 14 veces su media mensual habitual. Sin embargo, los registros oficiales de matrículas de Xiamen apenas sumaron 271 vehículos inscritos en ese mismo periodo, lo que alimenta las sospechas de manipulación.

La práctica, conocida como “coches usados de kilómetro 0”, consiste en inscribir vehículos con seguro pero sin que hayan sido entregados al cliente final, aprovechando así las reglas del sistema chino de registro para inflar artificialmente los volúmenes. Esto ha generado un fuerte malestar entre consumidores y autoridades. Algunos compradores de Zeekr, por ejemplo, descubrieron que sus coches ya estaban asegurados antes de adquirirlos, y no se les ofreció reembolso pese a sentirse engañados.
La Asociación china de vendedores de coches ha reconocido la presión a la que están sometidos los concesionarios, obligados por los fabricantes a cumplir objetivos cada vez más exigentes. Cuatro asociaciones regionales del delta del Yangtsé han solicitado públicamente a los fabricantes condiciones más realistas, afirmando que están siendo forzados a manipular cifras de ventas para cumplir metas.
Además, las implicaciones financieras son importantes. Neta habría comenzado este sistema a finales de 2022 para beneficiarse de subvenciones estatales al coche eléctrico antes de su final. En su mejor año, 2022, la marca vendió 152.000 vehículos, pero las cifras cayeron drásticamente en 2024 y el primer trimestre de 2025. Según fuentes locales, Neta se encuentra actualmente en proceso de bancarrota, lo que contextualiza la presión interna por presentar resultados positivos.

Por su parte, Zeekr ha declarado que los vehículos implicados estaban asegurados para ser expuestos en sus salas de ventas, manteniendo que eran nuevos al momento de su venta definitiva. Sin embargo, la marca ha anunciado la creación de un equipo interno para investigar los hechos, sin ofrecer detalles concretos.
Este escándalo ha puesto el foco sobre la falta de regulación eficaz en el mayor mercado de coches eléctricos del mundo. El gobierno chino se prepara para prohibir la reventa de vehículos dentro de los seis meses posteriores a su registro, como parte de una ofensiva más amplia para frenar las prácticas comerciales desleales en el sector.
La credibilidad de algunas marcas y la confianza del consumidor están ahora en juego. Para muchos analistas, este tipo de estrategias puede tener consecuencias profundas, no solo en la imagen pública de los fabricantes chinos, tanto dentro como fuera de sus fronteras, sino también en la sostenibilidad del propio ecosistema de la movilidad eléctrica en China.
Fuente | Reuters