ARPA-E, sensores para mejorar la autonomía de los coches eléctricos
La Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Energía de los Estados Unidos ha puesto en marcha un interesante proyecto que pretende mejorar la autonomía de los coches eléctricos actuales sin necesidad de modificar la química ni la composición de las baterías.
La cuestión es que casi todos los coches del mercado cuentan con un sistema de seguridad en sus baterías que impide que la descarga de las mismas sea demasiado profunda, un margen pensado para evitar que los niveles de tensión puedan degradar la batería, algo que podemos ver claramente en el Chevorlet Volt que de los 16 kWh que cuenta apenas utiliza 10 kWh.
El proyecto ARPA-E pretende la instalación de sensores en las propias baterías que permita conocer al detalle la situación de las celdas y evitar que estas puedan sufrir al llegar a un nivel bajo de carga, unos sensores que apenas supondrían un incremento del 5% del propio pack pero que al miso tiempo permitirá a los constructores reducir el tamaño de las baterías.
En las primeras simulaciones realizadas los responsables del proyecto han asegurado que combinando esta tecnología con la mejora del software de control y los modelos informáticos de las baterías, sería posible llevar a las celdas hasta su limite teórico de una forma segura, lo que permitiría mejorar las autonomías de los actuales coches.
Para llevar adelante este sistema, un grupo de desarrolladores está creando unos sensores conectados mediante un material que no es conductor eléctrico, la fibra óptica, y que puede ser conectado a las celdas de una forma rápida, sencilla y sobre todo segura sin que estas lleguen a interferir en el funcionamiento del sistema.
De momento hay que esperar a que finalicen las pruebas en el laboratorio tras lo cual se comenzarán las pruebas de campo, unas pruebas que determinarán si es posible lograr aumentar la autonomía de los coches eléctricos y sacar el máximo partido a los grandes y pesados packs de baterías sin necesidad de modificar su composición química, algo que necesitará unos cuantos años para ser una realidad.
Vía | Technologyreview