Entrevista con: Enrique Monasterio. Director General de IBIL
Hoy entrevistamos a Enrique Monasterio, director general del gestor de carga IBIL. Una de las primeras empresas que ha apostado por la oferta de soluciones integrales de recarga en España, y la primera en ofrecer una red de recarga rápida pública.
PR-¿Cuántos puntos de recarga rápida tiene IBIL instalados en España?
RE- En total IBIL cuenta con unos 100 puntos de recarga acelerada de entre 11 y 22 kW, y 25 estaciones de recarga rápida. Una red que no ha dejado de crecer a pesar de las muchas dificultades que hay en España para este tipo de infraestructuras.
PR-¿Y qué hay de los diferentes formatos?
RE- IBIL ha apostado por la adaptación de su infraestructura a las necesidades del mercado. Este año 2015 hemos iniciado el proceso de renovación de nuestros puntos de carga rápida a los tres principales formatos que hay en el mercado. Una transformación que seguiremos en 2016 y que supondrá una conversión gradual de las actuales estaciones en funcionamiento.
PR- Son muchos los usuarios que se quejan de los fallos de funcionamiento de la red. ¿Tenéis datos del número de fallos y el tiempo de reparación media?
Normalmente las incidencias se nos han presentado en los equipos de carga rápida, en los que hemos tenido más problemas de los esperados con los primeros equipos. Pero en nuestro esfuerzo por ofrecer el mejor servicio, hemos procedido a sustituir los elementos que fallan de estos puntos buscando una mayor fiabilidad.
Gracias a esta constante mejora de los terminales, podemos decir que los nuevos puntos de recarga cuentan con una tasa de error muy por debajo de la primera generación. Una tasa que en el caso de la red de recarga acelerada ha sido prácticamente de cero.
PR- ¿Por qué un teléfono de contacto para incidencias de pago? ¿Habrá un número 900?
RE- De momento no hay planes para poner en marcha un número gratuito. Los clientes tienen la alternativa de contactar mediante correo electrónico [email protected], y desde el centro de control se dará respuesta lo más rápida posible a dicha incidencia, siendo el propio centro el que se ponga en contacto con el cliente.
¿Por qué son tan altas las tarifas de recarga rápida de IBIL?
Los costes de instalación y mantenimiento hacen que la infraestructura de recarga sea extremadamente cara, y por eso es necesario poner tarifas más elevadas de lo que nos gustaría. Por ejemplo un punto de recarga de 50 kW tiene un coste anual de unos 8.000 euros, entre término fijo y mantenimiento, seguros…
A esto hay que sumar los entre 35.000 y 55.000 euros que cuesta en total poner en marcha un punto de recarga rápida. Unos costes que hasta ahora no han recibido ayudas por parte del gobierno central, y que por fin se confirman se pondrán en marcha con el nuevo Plan MOVEA.
Para lograr recuperar ese coste tendríamos que cobrar el kWh a 35 euros, y no a 0.35 euros que es el precio que aplicamos en estos momentos. De todas formas estas tarifas son más asequibles para los clientes que contraten con nosotros una tarifa para su hogar, y que pueden ver reducido el coste de la recarga rápida hasta en un 30%.
PR- ¿Cuál podría ser la solución para lograr que la recarga rápida sea más atractiva para los inversores?
La clave la tiene la administración. El Ministerio de Industria debería poner en marcha medidas que faciliten la implementación de este tipo de infraestructuras. Aspectos como la eliminación o moratoria en los costes de término fijo potencia, y como ya han hecho para el próximo año, poner en marcha ayudas directas a la instalación de dichos puntos.
También sería importante que se ayude a cubrir algunos de los gastos menos visibles, pero que muchas veces condicionan o directamente imposibilitan la instalación de un punto. La conexión de a la red de distribución eléctrica. Un coste que podría ser asumido por las compañías distribuidoras. Otra opción para abaratar la instalación y el coste fijo mensual podría ser la autorización a que los gestores pudieran conectarse a la red de un consumidor del sector terciario, como un hotel o una gasolinera.
PR- ¿Cómo ve la explotación comercial de un sistema que el cliente medio necesitará usar solo en casos puntuales?
Los puntos de recarga rápida tendrán su futuro en los desplazamientos largos. Los viajes podrán realizarse gracias a este tipo de puntos que se convertirán en imprescindibles a medio plazo. En cuanto al modelo comercial, está por ver y estará muy condicionado por la autonomía media que vayan a tener los vehículos, pues este parámetro determinará el uso que se dará a los vehículos eléctricos y en consecuencia, la necesidad de un modelo u otro de infraestructura pública.
PR- ¿Seguiréis ampliando la red de puntos de recarga semi-rapidos en alterna? (22 kW)
RE- La apuesta de momento se centrará en la recarga rápida en el entorno público. La recarga acelerada no será una prioridad, principalmente por problemas como la dificultad para fomentar la rotación de los vehículos. Es asumible que un cliente espere cerca de su coche los 20 minutos o 30 minutos que tarda en cargase una batería media, pero no una o dos horas que puede necesitar para una recarga acelerada.
PR- ¿Para cuándo una plataforma de interoperabilidad permanente?
RE- En IBIL ya hemos tenido experiencias de interoperabilidad con Iberdrola en Pamplona y en Vitoria en el marco de un proyecto europeo. Es algo que tenemos previsto llevar adelante ya que tenemos solucionado el aspecto técnico. Falta concretar el modelo económico a aplicar, pero esperamos poder sacarlo para adelante en breve y extenderlo para que se puedan sumar la mayor cantidad posible de gestores.
PR- ¿Cuál será la evolución de los formatos de recarga rápida en Europa?
RE-Realmente lo de los diferentes formatos es una situación que nos complica mucho nuestra actividad.. En el mercado hay pocas marcas, y cada una con su formato. Vemos algunas posturas inamovibles. La solución será la normativa europea que obligue a los puntos de recarga a contar con al menos un punto de recarga CCS. Para los gestores de recarga la fragmentación de formatos es un problema, ya que supone un mayor coste de las infraestructuras, y también mayores posibilidades de problemas en dichos puntos.
¿Se mantendrá el apoyo al CHAdeMO, o este irá decayendo con el tiempo?
Les va a costar mantenerse.
PR- ¿Qué pasará cuando lleguen las baterías de nueva generación, con baterías de 60 kWh? ¿Actualizará IBIL toda su red?
RE-Hace seis años, cuando se empezó a gestar IBIL se hablaba de carga rápida de 50 kW para 2020. Hoy en día ya contamos con una red de 25 estaciones de recarga por todo el país. A nivel tecnológico todo está yendo más rápido de lo que pensábamos. Posiblemente veremos como lo que ahora se llama carga rápida pasa a ser semirrápida dando paso a nuevas potencias de 100 o más kW.
Pero para esto hace falta dinero, y los gestores de carga nos estamos quedando sin él. La inversión hasta ahora ha sido muy alta y el retorno muy bajo. Es imprescindible un cambio con una mayor colaboración público/privada, y la entrada de fondos europeos que faciliten el despliegue de nuevas estaciones.
Desgraciadamente detrás de todo lo que estamos haciendo no hay beneficios. Entendemos que el cliente es ajeno a ello y espera soluciones competitivas en precio con el resto de alternativas. Esa es la razón por la que ofrecemos el servicio a un precio muy inferior al de su coste real.