Obama podría recular en su política sobre el hidrógeno

El pasado mes de mayo la administración de Barack Obama presentaba un plan estratégico para los próximos años donde se reducían de forma importante los fondos destinados a la tecnología de la pila de combustible de hidrógeno, que parecía recibir la puntilla final. Pero parece que el movimiento que estamos viendo en las últimas semanas, y suponemos que alguna presión de los potentes lobbys del petróleo, parece que ha provocado que el plan energético varíe ligeramente y el hidrógeno no se quede sin fondos en los próximos años.

Entre los argumentos de los contrarios al apoyo al hidrógeno se destaca la poca expansión de una tecnología que arrastra además de unos elevados costes de fabricación, una red de distribución muy limitada, ya que las 60 hidrolineras existentes en los Estados Unidos pueden compararse con las 1.000 estaciones para repostar vehículos a gas natural comprimido, o los más de 10.000 puntos de recarga públicos para vehículos eléctricos con batería.

Y es que esta infraestructura puede ser lo que marque la diferencia, ya que los puntos de recarga para coches eléctricos son instalaciones muchísimo más sencillas y económicas, lo que ha provocado una expansión como la pólvora mientas que las hidrolineras, que se estima un coste de unos 2 millones de euros cada una, apenas ha visto crecer el número en las últimas décadas, a lo que sumamos la falta de algún vehículo comercial, siendo todos los que circulan prototipos y que pintan un horizonte muy nublado ara una tecnología sobre el papel de lo más interesante.

Es evidente que el gobierno americano no quiere cerrar ninguna puerta y pretende mantener a todos contentos con esta decisión a pocos meses de las elecciones, y deberá ser el mercado que ponga a cada uno en su sitio, aunque con la constante evolución de los coches eléctricos con batería, la apuesta de producción masiva por parte de los grandes fabricantes y la relativa sencillez de su infraestructura de recarga, forman una red de motivos para pensar que a nivel particular los coches a hidrógeno no tienen futuro.

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Fuente | Autobloggreen