La salvación de Fisker podría estar en Europa
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Publicado: 02/09/2013 12:08
La historia de Fisker Automotive parece no haber acabado aun. A pesar de los problemas sufridos con su suministrador de baterías y con el huracán Sandy que lo han llevado al borde de la bancarrota se resiste a desaparecer.
Han sido varios los interesados en comprar la marca de híbridos enchufables, desde varios inversores chinos hasta un antiguo director de General Motors. Ahora aparece un nuevo comprador, esta vez desde tierras europeas.
Fisker Automotive aun respira. Después de su accidentada historia; la bancarrota de su proveedor de baterías A123, la pérdida de 300 Karma inundados e incendiados tras el paso del huracán Sandy y el despido del 75% de su plantilla, Fisker podría volver a producir sus seductores híbridos enchufables.
Después de las ofertas de los inversores chinos, Dongfeng, Geely, Wanxiang Group y BAIC, el interés de un antiguo directivo de General Motors, e incluso la posibilidad de que Fisker recomprará Fisker, llega una nueva oferta, pero esta vez desde Alemania.
Según informan los periódicos germanos el grupo Fritz Nols AG, con sede en Hamburgo, ha ofrecido 25 millones de dólares por la marca de coches. Se trata de una oferta realmente baja, pero la situación de Fisker es muy cercana a la bancarrota. Con una deuda de 173 millones de dólares con el gobierno de Estados Unidos y sin producir ni un solo coche en el último año, de no ser comprada en unos meses pasará a ser subastada para cubrir la deuda con la administración.
Según el director de Fritz Nols, Ingo Voigt, el problema de Fisker es que se preocupó demasiado en el diseño, pero no en vender los coches, algo que su grupo, con experiencia en la industria del automóvil, si puede hacer. Llega incluso a ponerse como objetivo vender 2.500 unidades del Fisker Karma al año en el mercado estadounidense, tanto del modelo Surf como de la versión descapotable Sunset, dejando la producción del Fisker Atlantic a expensas de la evolución de las ventas.
Una oportunidad más, tal vez la última, para que se salve la ex-empresa de Henry Fisker, que en su corta historia ha puesto en la calle más noticias que coches.
Fuente | Autobild