Son muchos los informes de diferentes consultoras que han puesto por las nubes al Tesla Model S. Firmas como Morgan Stanley, Standard & Poors y Credit Suisse, han puesto sobre la mesa la superioridad de la propuesta de Tesla.
El principal problema para los expertos, es que Tesla es una empresa muy joven, que a pesar de lo activa de su comunidad de propietarios, apenas es conocida fuera de los círculos especializados.
Una de las causas además de ser uno de los últimos en llegar a la fiesta, es que Tesla tiene la política de no hacer publicidad. Ni en medios digitales, ni en medios tradicionales, ni si quiera publicita sus presentaciones públicas, limitando incluso el acceso a la prensa.
Esto de momento puede ser una estrategia válida, ya que venden todo lo que producen. Pero la pregunta es que pasará cuando en 2017 llegue al mercado su modelo más económico, el Model III. Para entonces, las decenas de miles de unidades al año, pasarán a cientos de miles. Un volumen que necesitará más que unos pocos «early adopters» que son los que están comprando las primeras remesas.
A estas alturas el pasado año Tesla llevaba 11.850 unidades vendidas en Estados Unidos. Este año la cifra ha bajado hasta las 7.900 unidades. No es una cifra que se pueda extrapolar de forma directa, ya que el envío de unidades a Europa y China ha limitado las unidades disponibles en el mercado norteamericano.
Pero si puede ser un aviso de que el Model S podría seguir los pasos del Chevrolet Volt, que después de un arranque fuerte, se ha estancado y ha comenzado una lenta degradación de sus ventas. Y eso a pesar del poder publicitario de General Motors, su red de distribución…etc.
Pero si algo no ha enseñado Tesla, es que de momento no se ha equivocado haciendo las cosas de forma diferente. Por lo tanto si algo funciona, ¿para que cambiarlo?.
Vía | Businessinsider
