Uno de los principales problemas de los motores de los coches eléctricos, es que necesitan tierras raras para su funcionamiento. Son materiales muy escasos, caros, y que están principalmente en manos de China, que controla la producción mundial.
En un esfuerzo por reducir la dependencia china, y además mejorar el aspecto de sostenibilidad de los motores eléctricos, equipos como el formado por el Instituto Politécnico de Worcester (Massachusetts) han desarrollado un método que permite reciclar estos motores una vez terminan su vida útil, y recuperar hasta el 80% de las tierras raras usadas en su fabricación.
Tres son los elementos que tienen más importancia en este proceso. El neodimio, disprosio, y el praseodimio. Tres materiales escasos y costosos, que gracias a esta nueva técnica son separados químicamente del resto de materiales que conforman el motor eléctrico.
El proceso se ha probado con el motor de un Chevrolet Spark eléctrico. El equipo ha troceado en pequeñas partes todo el sistema de propulsión y de transmisión, para después utilizar una serie de productos químicos que han logrado separar el 80% de las tierras raras que contenía, pero también otros elementos reciclables, como virutas de acero que pueden volver a ser utilizadas en otros procesos.
De esta forma los desarrolladores aseguran que se puede lograr una alternativa al dominio de China, que controla el 97% de la producción de tierras raras. Al mismo tiempo se logra dar un paso más de cara a convertir al coche eléctrico en una alternativa más eficiente, pero también más sostenible.
Fuente | WPI