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El verdadero impacto de la Gigafábrica de baterías de Tesla. Economía de escala que permitirá reducir el precio del kWh drásticamente

Hace unos días podíamos ver una presentación de uno de los equipos de investigadores de Tesla, capitaneado por Jeff Dahn. Un equipo que había logrado duplicar la vida útil de las baterías en apenas un año de trabajos. Un plazo que desde el fabricante se estimaba llegaría a los 5 años.

Las pruebas de Dahn indicaban que una celda con un nuevo diseño y nuevos materiales podría lograr llegar a completar 1.200 ciclos de carga y descarga, y mantener al finalizar el proceso un 96% de su capacidad. Algo que en la práctica supondría apenas un 4% de degradación después de más de 300.000 kilómetros. Una investigación que según el propio Dahn, ya está pasando del laboratorio a la cadena de producción de Tesla.

El reto de la densidad, y el precio

Pero esto no es más que el principio. En la actualidad Tesla es el principal comprador de baterías de litio para coches. Unas compras procedentes de su socio Panasonic, que ya le ha permitido lograr una economía de escala lo suficientemente robusta como para reducir el precio del kWh un 35%.

Como decimos, esto antes de la entrada en acción de la Gigafábrica de Nevada. Esta instalación supondrá un cambio radical para el fabricante norteamericano. Le permitirá pasar de ser el principal cliente, al principal fabricante a nivel mundial. Algo que de nuevo, tendrá un impacto en el precio del kWh.

Una de las claves para los expertos será una de las partes más importantes, y menos conocidas de las baterías. El cátodo. El tipo de cátodo elegido puede afectar la densidad energética, la densidad de potencia, la seguridad, la vida útil y el coste de la batería en general, y por eso los investigadores están experimentando constantemente con nuevas ideas y combinaciones. Un componente que puede suponer el 25% del coste de la celda.

Si Tesla logra poner en funcionamiento una celda dotada de un cátodo competitivo, sumado a un nuevo diseño 2170 más fácil de ensamblar, todo esto regado con la economía de escala que la megainstalación logrará, 35 GWh para 2018, y 50 GWh para 2020, según los expertos el precio del kWh para Tesla podría bajar a finales de la década de los 100 dólares, incluso llegar a los 80 dólares.

El resultado de todo esto podría ser para Tesla contar no sólo con unas celdas de más capacidad, más vida útil, sino también con el mejor precio del mercado. Una combinación ganadora que permitirá disparar la rentabilidad del fabricante americano, gracias en gran parte a su ambiciosa apuesta en la Gigafábrica.

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Vía | VC

 

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