Los concesionarios de Smart en Estados Unidos dicen no al coche eléctrico. ¿Una buena noticia para Daimler?

Hace unos meses el presidente del grupo Daimler, que aglutina a marcas como Smart, lanzó una propuesta a su red de concesionarios de Estados Unidos. Aquellos que quisiesen seguir vendiendo la marca, tendrían que dejar de comercializar las versiones con motor de combustión y centrarse en exclusiva en las eléctricas, o dejar de vender sus modelos.

El resultado para muchos no es el esperado. De las 85 tiendas que la marca cuenta en el país, 58 ha dicho que no. Dejarán de vender Smart ante el panorama de dedicarse sólo a los modelos eléctricos. Algo que significa que dos tercios de la red de ventas dejará de trabajar con los alemanes a nivel de ventas, aunque seguirán ofreciendo servicio técnico.

Esto podría considerarse una mala noticia para la marca, pero puede que no lo sea. Con una reducción de los puntos de venta se adapta de una forma más realista la oferta a la demanda. De momento las ventas no son muy altas en las versiones eléctricas, pero con la perspectiva de la llegada de la nueva generación se espera que se incrementen. Y con menos concesiones, será más económico y sencillo mantener una red que centrará sus ventas en aquellos lugares donde realmente hay clientes potenciales, como los estados con leyes de emisiones, como California, o como Nueva York o Miami, más abiertos a las nuevas formas de movilidad.

Por otro lado las matriculaciones de las versiones gasolina habían entrado en una dinámica negativa. En 2016 lograron su cifra de matriculaciones más baja hasta el momento, con apenas 6.211 unidades. Y en los cinco primeros meses de este año el descenso ha sido del 20% respecto al pasado año.

Por su parte el nuevo Smart eléctrico arrancará con un precio apenas 1.650 dólares por encima de la versión gasolina. Un coste que en algunos estados incluso se situará por debajo gracias a las ayudas. Algo que para Daimler, debería ser motivo más que de sobra para convencer a los clientes.

Un movimiento que además servirá al grupo Daimler para experimentar los cambios que sufrirá el modelo comercial con la llegada del coche eléctrico. Unos cambios que llevarán a un sistema donde no hará falta un concesionario en cada esquina, y donde las labores comerciales se realizarán principalmente por internet, siendo la concesión un simple punto de entrega de documentos y de los propios vehículos.

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Vía | Autonews