Hace pocas horas que se han puesto en servicio los primeros cargadores ultrarrápidos públicos de Europa. Unos puntos que forman parte de la iniciativa europea Ultra-E. Una propuesta que ha nacido con el apoyo de fabricantes como Renault, BMW, el grupo Volkswagen, además de otras empresas relacionadas con el mundo de la movilidad eléctrica y también con la ayuda de los fondos de la UE.
Está primera estación está situada en la localidad alemana de Kleinostheim, cerca de la autopista A3, y está formada por cuatro puntos de recarga que en una primera fase serán capaces de ofrecer potencias de hasta 175 kW cada una. Una cifra que crecerá hasta los 350 kW en la primavera del próximo año. Todo bajo el formato CCS combo.
Pero es evidente que de momento no hay coches capaces de aprovechar estas cifras, por lo que su instalación tiene mucho más de simbólico y publicitario que de operativo. Para completar la estación se añadirá un cuarto puesto de carga multiformato, que permitirá la recarga a más modelos, pero que tendrá la potencia limitada a 50 kW.
Se trata de una estación diseñada para mostrar como será la recarga en no muchos años. Con 350 kW, y un coche capaz de aprovecharla, sería posible recuperar ago más de 300 kilómetros de autonomía en apenas 20 minutos conectado, frente a las 1.5 horas que necesitaría con una toma rápida actual. Sin duda todo un incentivo para lograr completar distancias moderadamente largas cada día.
Para lograr conseguir alcanzar esas potencias en cables que tendrán que ser utilizados por decenas de personas cada día, empresas como la suiza HUBER+SUHNER han desarrollando un cable especial que permite lograr ofrecer potencias de recarga elevadas. Una sección que utiliza un sistema de refrigeración líquida, y que permite utilizar un tipo de cable incluso más delgado y ligero que los sistemas actuales.
Un cable refrigerado que mantendrá el calor a raya incluso en recargas a más de 350 kW y 400 amperios en el caso de los turismos, y hasta 630 amperios en el caso de los modelos industriales.
Lo mejor de todo es que esta estación nace con la interoperabilidad como principal bandera. Según los responsables de su instalación, esta será compatible con todas las tarjetas y aplicaciones del mercado, lo que permitirá en la práctica que cualquier cliente pueda utilizarlo sin problemas.
Una red que para el verano del 2018 conectará la costa de Holanda con la frontera de Austria, lo que facilitará los recorridos por el corazón de Europa a los mandos de un coche eléctrico, pero también con vehículos más pesados como furgonetas y pequeños camiones eléctricos.
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Fuente | Allego
