En Stuttgart, la grua se llevará a los vehículos que aparquen en las plazas reservadas para la recarga de coches eléctricos

En Stuttgart, la grua se llevará a los vehículos que aparquen en las plazas reservadas para la recarga de coches eléctricos

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Publicado: 26/12/2017 11:48

Stuttgart grua coches eléctricos

La situación la han vivido prácticamente todos los propietarios de un coche eléctrico. Llegar a un punto de recarga, sobre todo aquellos situados en el centro de las ciudades, y encontrarte con un coche convencional estacionado en el mismo. También repetir la conversación de «Está usted aparcado en una plaza reservada.» «Ah, es que no me había dado cuenta» o el «Han sido solo cinco minutos».

En la localidad alemana de Stuttgart han tomado cartas en el asunto. Las plazas de aparcamiento disponibles en el centro de la ciudad son muy escasas, y entre ellas hay algunas reservadas para personas con problemas de movilidad, y también para la recarga de coches eléctricos. Y precisamente estas últimas suelen estar ocupadas por vehículos diésel o gasolina.

Hasta ahora las autoridades han tratado el tema con bastante timidez, aplicando una multa de apenas 15 euros, que sin duda no es para nada una cantidad disuasoria. Algo que a partir de ahora cambiará. Y es que cuando la policía vea un coche no habilitado para usar esa infraestructura, procederá a llamar a la grúa que se lo llevará al depósito.

Y es que para el propietario de un coche eléctrico en llegar a un punto de recarga y encontrarlo ocupado sería el equivalente al de un modelo convencional que llegase a repostar a una gasolinera y todas las bombas estuviesen ocupadas por personas haciendo la compra o unas gestiones. Algo que ha llevado a las autoridades a elevar el nivel de la sanción a los infractores.

Pero a pesar de que sin duda que se lleve la grúa es una medida disuasoria para los infractores, que posiblemente no vuelvan a aparcar, no evita la molestia para el conductor del coche eléctrico que debe esperar a que llegue la policía para que imponga la sanción, y luego la llegada de la propia grúa. Algo que puede suponer en algunos casos hasta 45 minutos.

Eso lleva a pensar a los promotores de la movilidad eléctrica de Stuttgart a que el problema debería ser abordado también de una forma más integral, con campañas de educación que implante en los conductores los nuevos hábitos como el de respetar esos espacios hasta hace poco públicos, y que ahora están limitados a otro tipo de vehículos. Una trabajo a más largo plazo que ayudará a minimizar las molestias para unos, y la fuerte sanción económica para los otros.

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Vía | Stuttgarter-nachrichten