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¿Qué potencia de carga doméstica necesitas para tu coche eléctrico?

Toda la industria está de acuerdo en que la necesidad de una red de carga pública es uno de los puntos esenciales para que el coche eléctrico se expanda y pueda dominar el mercado. La creación de infraestructuras públicas permitirá tanto cargar el coche a aquellos que no tienen garaje propio, como realizar viajes de larga distancia sin que los usuarios se tengan que preocupar por la autonomía.

Sin embargo, a la hora de la verdad, la inmensa mayoría de coches eléctricos que se venderán en los próximos años se recargarán casi siempre en casa mediante una toma doméstica. Este modelo sustituirá la actual costumbre de llenar el tanque de gasolina de nuestros coches de combustión en apenas unos minutos, cargando nuestro coche eléctrico por la noche en varias horas.

Ciertamente, potencias de carga de 50 kW, 100 kW, 150 kW o 350 kW (en corriente continua todas) permitirán recargas rápidas y ultra-rápidas, de apenas unos pocos minutos en el último caso incluso. Sin embargo, este tipo de recargas no estarán disponibles en los hogares, pues son potencias demasiado elevadas para la red doméstica. Además, tampoco serán necesarias, pues en el día a día nuestro coche nunca se descargará por completo, y contaremos con numerosas horas para que recupere la poca carga perdida desde que lleguemos del trabajo.

Así, en muchos países del centro de Europa son muy típicas las potencias de 11 kW o 22 kW (en corriente alterna) en los hogares. Si entendemos que dentro de unos años la mayoría de coches eléctricos tendrán una capacidad media de 65 kWh en sus baterías (lo que equivaldría a unos 400 km de autonomía en condiciones reales o bajo el ciclo de homologación estadounidense EPA), entonces los tiempos de carga serían de 6 horas o 3 horas respectivamente, partiendo de la batería al 0% de carga.

Sin embargo, los españoles realizamos una media de 30 kilómetros diarios en coche. Es decir, tras una semana de uso, el coche habrá agotado sólo el 50% de su batería. En caso de recargar el coche una vez a la semana, los tiempos de carga se reducirían a 3 horas y 1,5 horas respectivamente; en caso de cargarlo dos veces a la semana, a 1,5 horas y tres cuartos de hora.

Además, tampoco hay que olvidar que la carga en corriente alterna de muchos coches eléctricos está limitada a unos 7,4 kW en monofásica. Por lo tanto, con una potencia normalizada de 6,9 kW tardaríamos en cargar un coche de 65 kWh al completo 9 horas y media, que serían casi 5 horas para el 50%, 2 horas y cuarto para el 25%… Dicho de otra forma, recuperaríamos unos 30 km en 40 minutos de carga, es decir, una cifra más que suficiente para el día a día.

Por supuesto, potencias de carga inferiores (4,6 kW o 5,75 kW estandarizadas) también serían viables cargando el coche con mayor frecuencia (cada dos días por ejemplo), sobretodo con baterías más pequeñas (40 kWh). Sin embargo y de cara a la futura evolución de los coches eléctricos, una potencia de 6,9 kW nos dará la velocidad necesaria para poder conseguir rápidamente la cantidad de carga necesaria en caso de emergencia.

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