
“Cada retraso en Europa amplía más la brecha con China”, los defensores de la prohibición del 2035 hacen un último intento
A las puertas de un anuncio que lo puede cambiar todo en Europa, los defensores de que se mantengan las prohibiciones a los motores de combustión en 2035 también están realizando sus presiones para que nada cambie.

Cuando el río suena… Llevamos semanas hablando de lo que parece una realidad que, no obstante, todavía falta por confirmarse: Europa dará un paso atrás en sus planes de prohibir la venta de coches con motor térmico a partir del 2035. El anuncio debía haberse producido el pasado miércoles 10 de diciembre, pero la Comisión retrasó la comparecencia al próximo día 16. Antes de eso, y de forma sorpresiva, el presidente del Partido Popular Europeo confirmó la noticia.
Las presiones en Europa ante esta decisión se están produciendo desde ambos bandos, pero parece que el que lidera el gobierno alemán ha sido el que más fuerza ha tenido. El mismísimo canciller reconoció que estaban presionando a la Comisión Europea para flexibilizar sus planes con los coches eléctricos para el año 2035. La propia Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) también se ha mostrado en línea con el gobierno y los fabricantes alemanes.
En el otro bando, existe un grupo que se resiste a estos cambios y que advierte de las posibles consecuencias. Se trata de los grupos de campaña E-Mobility Europe y ChargeUp Europe, que han enviado una carta a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. Esta carta cuenta con casi 200 firmantes, entre los que se encuentran dos fabricantes de la entereza de Volvo y Polestar.
Todos ellos, importantes representantes de la industria europea del coche eléctrico, piden que Europa mantenga su compromiso y que no otorgue excepciones a otras tecnologías intermedias, como los híbridos enchufables o los combustibles sintéticos, a partir de esa fecha.

«Estamos sumamente preocupados por los recientes esfuerzos por diluir sus objetivos. Cualquier retraso en Europa sólo amplía la brecha con China», defienden los opositores a los cambios que se avecinan en Europa, y que deberían ser confirmados en apenas unos días. Para ellos, cualquier reapertura a tecnologías de transición generaría todavía más incertidumbre entre los consumidores y ralentizaría la transición hacia los coches eléctricos.
«A medida que se acerca la fecha límite de revisión, las apuestas no podrían ser mayores: los objetivos para 2035 influirán en si Europa lidera o queda rezagada en la carrera de los vehículos eléctricos. El objetivo es nuestra oportunidad de mantener empleos de alta calidad en las ciudades y regiones de Europa, fortalecer nuestra competitividad frente a sus rivales globales, reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles importados y ofrecer coches más limpios, seguros y asequibles».
Son varias las iniciativas las que están saliendo en los últimos tiempos buscando impedir, de alguna forma, que la UE varíe sus cambios. Industryfor2035.org, entre los que siguen estando marcas como Volvo, Polestar o Rivian, además de otras compañías como Uber o Iberdrola, han pedido públicamente que no haya cambios respecto a lo que ya tenemos hoy día.
«Las normas de emisiones de CO2 de la UE ofrecen una orientación clara que permite a las empresas centrarse en la transformación necesaria. Esto se consigue proporcionando la tan necesaria inversión y visibilidad de planificación a las empresas de toda la cadena de valor de la automoción. Como empresas que invertimos en esta transición, tenemos claro que el objetivo de 2035 es factible y necesario».
Fuente | Reuters



