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Volkswagen se enfrenta a una posible llamada a revisión de 124.000 coches eléctricos por el uso de metales contaminados en su cargador

El grupo Volkswagen está bajo la amenaza por parte de la Autoridad Federal de Transporte Motorizado (KBA), de tener que llamar a revisión a un total de 124.000 coches eléctricos debido al uso de materiales contaminados, como el cadmio.

Desde el fabricante alemán se ha confirmado que en la actualidad hay en marcha una investigación por parte de las autoridades alemanas, para determinar la presencia de cadmio en los metales pesados utilizados para la producción de componentes como los cargadores de sus coches eléctricos. Algo que está ampliamente prohibido en la fabricación de piezas para automóviles.

A pesar de esta prohibición, se indica que uno de los proveedores de Volkswagen, y también de Audi y Porsche, había utilizado cadmio en la producción de los cargadores durante los últimos seis años. Algo que había sido detectado durante una inspección interna.

Desde la marca germana se ha indicado que el pasado 20 de julio se detectó la presencia de 0.008 gramos de cadmio en los cargadores de sus coches eléctricos e híbridos enchufables. Algo que obligó a la paralización de la producción hasta lograr encontrar un suministrador alternativo.

Desde la Autoridad Federal de Transporte Motorizado de Alemania se ha instado a retirar de la calle a todos los vehículos afectados, ya que la presencia del cadmio puede ocasionar daños al medio ambiente o a la salud pública en el momento en el que los coches sean retirados del mercado para su reciclaje.

Desde Volkswagen se ha indicado que no hay peligro para los usuarios de estos vehículos, ya que los cargadores están instalados dentro de una carcasa sólida dentro del cargador, que a su vez está cubierto por otra capa sólida. Al mismo tiempo admiten que la presencia de cadmio en los vehículos violaría la legislación europea a la hora del reciclaje del vehículo al final de su vida útil.

Algo que podría terminar con una enorme llamada a revisión para sustituir el componente por uno no contaminado, y un nuevo golpe mediático a un fabricante todavía recuperándose de los palos recibidos por el escándalo de las emisiones de sus motores diésel.

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