Hace unos días podíamos ver como Tesla anunciaba por sorpresa sus primeros beneficios. Un balance que además superaba con creces las expectativas de los analistas de Wall Street, superando los 6.000 millones de dólares de ingresos, y los 300 millones netos de beneficios. Unas cifras que sirven para engrasar la maquinaria de cara al futuro.
Y es que el anuncio de los beneficios a nivel económico no tiene una gran repercusión en las cuentas, ya que como recordamos Tesla tiene en estos momentos algo más de 10.000 millones de dólares de deuda estimada. Pero estas cifras del trimestre si pueden tener un impacto positivo entre los inversores.
Gracias a los números verdes, Tesla podrá continuar captando el capital necesario para continuar con su agresiva expansión que le lleve a unas cifras de producción mucho más considerables, con más de 200.000 unidades este año, 400.000 el próximo, llegando al millón de unidades en unos dos o tres años. Un crecimiento para el que necesitará una ingente cantidad de dinero.
El principal problema para los norteamericanos es que además de invertir en la expansión de producto, con el Model Y, Roadster, Semi, la pick up…A esto añadir las renovaciones del Model S y X, que tendrán que estar a punto antes de 2020, la red de Supercargadores, tiendas y servicios técnicos, y también el proyecto más importante de los próximos años, la fábrica de China. Una instalación que costará unos 3.000 millones de dólares y que estará en funcionamiento en 2021.
Uno de los principales retos económicos será mejorar la eficiencia de las líneas de producción. Un dato desvela un aspecto que Tesla está consumiendo, y consumirá, muchos recursos. La planta de Fremont necesita el doble de empleados para sacar adelante la mitad de producción que la que conseguían General Motors y Toyota cuando controlaban esta instalación.
Para tratar de solucionar a corto plazo los problemas de capacidad, Tesla levantó una línea temporal en una tienda en los aledaños de la fábrica. Una solución a corto plazo que ha permitido elevar el ritmo, pero que no parece una salida a largo plazo. Algo que nos indica que las inversiones en Fremont están lejos de haberse terminado.
Pero para los norteamericanos no hay otra opción. O crecen rápido en producto y capacidad de producción, o en pocos años serán superados por unos grandes fabricantes que hasta ahora han estado mirando para otro lado mientras trataban de sacar el máximo partido a sus inversiones en el motor de combustión. Pero ahora con la entrada de las nuevas normas de emisiones, así como el evidente crecimiento tanto del mercado como de la propia Tesla, han comenzado a engrasar su maquinaria para poner en marcha una alternativa.
Es por eso que la expansión para Tesla es crítica. Una expansión para la que necesitará una montaña de dinero, y que gracias a los beneficios logrados en el pasado trimestre le resultará más fácil conseguir.
