La Unión Europea aprueba unos aranceles de casi el 80% para las bicicletas eléctricas chinas

La Unión Europea acaba de aprobar unos nuevos aranceles más elevados para las bicicletas eléctricas importadas desde China, que llegan al 79,3% en la mayoría de casos. Una cifra mucho más elevada de lo esperado que tiene como objetivo proteger a la industria local, que no puede competir contra los bajos costes de producción de China, un país que en material laboral poco tiene que ver con Europa.

Con todo, aquellas empresas que proporcionaron voluntariamente información a la Comisión Europea para demostrar que no estaban realzando prácticas de dumping (vender un producto por debajo de su coste de producción para eliminar a la competencia y así afianzarse en el mercado) han recibido unos aranceles más reducidos que el resto de compañías chinas que se negaron a colaborar.

Así, Bodo Vehicle Group recibirá unos aranceles del 73,4%, el grupo Yadea Technology del 62,9%, y Giant, uno de los fabricantes más populares, del 24,6%. Antes de aprobar estas medidas, la Unión Europea llevó a cabo una investigación que cubrió una muestra de más de 70 exportadores de bicicletas eléctrica de origen chino, y la inmensa mayoría de ellos finalmente se verán afectados por los nuevos aranceles de casi el 80%. Las empresas que fueron sometidas al estudio representan el 43% de las exportaciones chinas de bicicletas eléctricas a la Unión Europea, si bien las medidas se aplicarán al 100% de ellas.

Esta investigación de la Comisión Europea también recibió aportes directos del gobierno chino y de otras asociaciones comerciales del país asiático. A lo largo de la investigación, se descubrió que numerosos fabricantes chinos recibían beneficios del gobierno, como préstamos preferenciales, financiación, suministro de bicicletas, componentes a costes reducidos, etc.

Bafang ha sido el único distribuidor de piezas de bicicletas eléctricas que ha participado en la investigación llevada a cabo por la Comisión Europea. De acuerdo con el informe, Bafang ofreció precios injustamente reducidos a algunos fabricantes chinos de bicicletas eléctricas. La conclusión de los fabricantes europeos es la de que la política de China era la de deshacerse de la competencia europea mediante prácticas perjudiciales.

Este movimiento recuerda al llevado a cabo por el gobierno de Donald Trump, el cual también impuso elevados aranceles el año pasado a las bicicletas eléctricas que llegaban a Estados Unidos importadas desde china. Sin embargo, la tasa impuesta por el gobierno americano es solo del 25%. A pesar de estos aranceles, las bicicletas de origen chino siguen siendo muy asequibles, algo que pone en jaque a los fabricantes locales.

Fuente | Electrek