Después de su presentación el pasado mes de abril, el Renault K-ZE ha estado preparando su llegada al mercado. Un desembarco con un importante nivel de importancia ya que hablamos de uno de los primeros, o el primer, coche eléctrico de bajo coste global. Un eléctrico que ha arrancado sus ventas en su primer mercado, China, desde donde posteriormente se exportará a todo el mundo.
Como recordamos, el KZ-E ha sido desarrollado por el fabricante francés en colaboración con el socio local Dongfeng, mientras que de la fabricación de encargará la iniciativa eGT New Energy Automotive. Una empresa conjunta con Dongfeng y la alianza Renault-Nissan.
Uno de los retos de sus desarrolladores era el lograr reducir el coste del vehículo un 40%. Algo que han logrado aprovechando la experiencia y tecnología desarrollada por el grupo franco-japonés en estos últimos años, lo que ha permitido reducir al mínimo la inversión en I+D para el diseño del vehículo.
La propuesta como es de esperar no brilla por un nivel de acabados elevado. Pero las primeras pruebas han sorprendido gratamente por el nivel mostrado por los materiales donde, a pesar de encontramos con un coche de orientación de bajo coste presenta una serie de avances como un cuadro específico con toda la información necesaria para monitorear el sistema eléctrico, una consola central exclusiva con un joystick para seleccionar las marchas, una pantalla táctil de 8 pulgadas y numerosos detalles en color azul. Respecto al equipamiento, el modelo incluye conexión 4G y Wi-Fi, sistema de reconocimiento de voz, cámara de visión trasera, indicador de presión de los neumáticos… Su maletero es de 300 litros.
El K-ZE monta un pack de baterías de 30 kWh brutos, (26.8 kWh útiles) que le proporcionan una autonomía bajo el único ciclo que todavía manejan en China, el infame NEDC, y bajo el que logran los 270 kilómetros con un consumo medio de 10.8 kWh a los 100 km. Esto nos indica que en condiciones reales, con un consumo de 13 kWh a los 100 km, el K-ZE logrará una autonomía de poco más de 200 kilómetros con cada carga.
Compensa su pequeña batería con una capacidad de carga que le permite acceder a los puntos de 50 kW, que en 30 minutos le permiten pasar del 20% al 80% de capacidad. Por su parte usando una toma monofásica de 6.6 kW, necesita 4 horas.
Un modelo que ha comenzado sus ventas en China, donde está disponible por 61.800 yuanes, que al cambio son 7.900 euros. Una propuesta que además verá como en los próximos meses se añadirán hasta 5 variantes diferentes, y que una vez completado el despliegue por el mercado del gigante asiático comenzará su distribución en el resto de regiones.
Para muchos, un coche eléctrico que puede ser el auténtico revulsivo para las ventas a nivel mundial, al ser el primero en ofrecer la receta que ha provocado el enorme éxito de Dacia, y cuyo responsable, Gerard Detourbet, es precisamente ahora uno de los encargados de transplantar el éxito de Dacia con este nuevo K-ZE, y que no deberíamos tardar demasiado en verlo rodar por Europa.
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Vía | TD