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Según un estudio, en condiciones reales los híbridos enchufables emiten entre 2.5 y 3 veces más que las cifras homologadas

Los híbridos enchufables se han situado como una alternativa intermedia para aquellos a los que los modelos 100% eléctricos no encajan con sus necesidades. Pueden ser una buena opción para cubrir la mayor parte de los desplazamientos diarios en modo eléctrico, y al mismo tiempo permitir el completar grandes desplazamientos cuando se necesita. Pero un estudio ha descubierto que en el mundo real los usuarios no están usando de forma correcta sus coches, con el resultado de unas emisiones incluso superiores a los modelos diésel o gasolina.

Este estudio ha sido realizado por la consultora The Miles Consultancy, que ha realizado una inspección en una flota de híbridos enchufables. Una flota formada por vehículos de diferentes marcas y segmentos, BMW, Mercedes, Mitsubishi y Volkswagen, y que ha dado unos resultados indican que en el mundo real, el consumo y emisiones han sido entre 2.5 y 3 veces superiores a las mostradas por las marcas en sus pruebas de homologación.

Por ejemplo en los 187 modelos híbridos enchufables de BMW analizados, el consumo medio ha sido de 6.7 litros a los 100 km. Una cifra que podemos comparar con los 2.1 litros a los 100 que indica el fabricante. Algo que tiene su extensión a unas emisiones de dióxido de carbono que las marcas indican están por debajo de los 50 gramos por km, pero que en realidad han llegado a triplicar esta cifra en condiciones reales.

Según Ewa Kmietowicz, jefa del Comité contra el Cambio Climático en Reino Unido: «Cuando se cargan adecuadamente, los modelos híbridos enchufables permiten a los conductores completar la mayoría de los viajes en modo totalmente eléctrico. Sin embargo hay una creciente preocupación de que estos vehículos no están siendo usados de forma correcta, completando apenas un tercio de sus recorridos en modo eléctrico, lo que eleva el riesgo de aumentar las emisiones contaminantes«.

A pesar de esto la popularidad de este tipo de configuraciones continúa aumentando gracias a la fuerte apuesta que están realizando las marcas europeas de cara al cumplimiento de las nuevas normas sobre emisiones. Este año se espera que de las 220.000 unidades vendidas en Europa en 2019, se pase a las 590.000 unidades en 2020.

Un despliegue que como vemos puede ser un problema si las autoridades no toman cartas en el asunto para asegurarse de alguna forma de que se hace buen uso a unos vehículos que en muchos casos están recibiendo ayudas públicas y beneficios para circular por zonas de bajas emisiones, pero que como vemos si el conductor no usa de forma adecuada el sistema, puede dar como resultado unas emisiones similares e incluso superiores a las de un modelo de combustión.

Opinión

Una de las soluciones sería el cambio en las pruebas de homologación y que los híbridos enchufables las pasen tanto con la batería cargada, como también con la batería totalmente vacía. De esa forma el cliente podría recibir una información clara, y las autoridades podrían adaptar la carga impositiva y la entrega de beneficios según estos datos.

Otra solución más radical sería directamente que estos modelos no cuenten para la reducción de emisiones por parte de las marcas que en la actualidad logran acceder a los Súper Créditos de la UE, lo que supone que por cada híbrido enchufable que venden logran unos créditos muy importantes para poder producir coches diésel y gasolina y reducir o evitar directamente las multas de la UE.  Algo que seguramente terminaría con el interés de muchas marcas en esta tecnología que les sirve de puente para seguir con el actual modelo unos cuantos años más.

Vía | Daily Mail

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