Renault está atravesando actualmente una mala etapa: el año pasado registró unas pérdidas de 141 millones de euros, su relación con su socia Nissan está gravemente dañada desde la detención y posterior huida de la justicia japonesa de Carlos Ghosn (antiguo director ejecutivo de la Alianza Renaullt-Nissan-Mitsubishi, el cual fue arrestado tras ser acusado por la propia Nissan de diversos delitos fiscales, algo que fue visto por muchos como un intento por parte de la compañía y de las autoridades japonesas de evitar una fusión total con Renault), su valor en el mercado bursátil está bajo mínimos, y la crisis originada a raíz de la pandemia del coronavirus está golpeando a la empresa con fuerza.
La Alianza ya ha acordado un cambio de estrategia que priorizará el desarrollo conjunto de vehículos para ahorrar costes, así como una nueva distribución regional (Renault se encargará de las fábricas europeas y Nissan de las asiáticas). Además, ambas compañías se verán obligadas a contratar cuantiosos préstamos para poder capear el temporal, así como a cancelar diversos proyectos.
Aparentemente, Renault habría decidido discontinuar el desarrollo del nuevo Talisman (cuya segunda generación sería 100% eléctrica) y del sustituto del Koleos, mientras que el monovolumen Scénic será reemplazado por la segunda generación del SUV Kadjar, que estará disponible con cinco y siete plazas. El Espace, buque insignia de la marca desde hace décadas, tampoco tendrá relevo.
A pesar de todo, Ali Kassai, director de Productos y Programas para el Grupo Renault, ha confirmado que la marca apostará con fuerza por la electrificación, algo que será posible gracias a la nueva plataforma modular eléctrica CMF-EV de la Alianza. En un principio Renault lanzará en 2021 un B-SUV eléctrico, mientras que en 2022 llegará un modelo hermano del Nissan Ariya. Más adelante se añadirá un SUV de la marca deportiva Alpine, fabricándose los tres en la planta francesa de Douai.
Laurens van den Acker, jefe de diseño de Renault, ha confesado recientemente en una entrevista que el Megane podría desaparecer en favor de un compacto 100% eléctrico, pues «no podemos permitirnos desarrollar todo al mismo tiempo […] hay que poner el dinero donde está el futuro del mercado».
Si bien Kassai ha confirmado que el Megane tendrá una quinta generación (la cual estrenará una nueva arquitectura electrónica asociada a la plataforma CMF-C/D), algunas fuentes afirman que será un simple modelo de transición, un restyling profundo del actual Megane IV que se venderá solo con mecánicas mild-hybrid, híbridas e híbridas enchufables, y que además prescindirá de la carrocería familiar. Además, antes de que finalice su vida comercial Renault lanzará un compacto eléctrico que lo terminará sustituyendo una vez sea discontinuado.
Fuente | Auto Express
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