La Unión Europea quiere recudir las emisiones de gases efectos invernadero y pretende conseguirlo gracias a una movilidad libre de emisiones. Según filtraciones de la Comisión Europea recogidas por Bloomberg, el objetivo fijado estima llegar a los 30 millones de vehículos «cero emisiones» circulando por las carreteras de la unión en 2030. Lamentablemente dentro de esta estrategia siguen entrado los coches impulsados por un motor de combustión interna (PHEV).
La cifra es alta y ambiciosa, puesto que en la actualidad hay cerca de un millón y medio de este tipo de vehículos entre todos los países que componen la UE. El punto negativo tanto de la cifra actual, como de la deseada por la Comisión Europea, es que dentro de estas figuran automóviles impulsados con baterías pero que su propulsor principal sigue siendo el viejo motor de combustión interna (ICE).
Según reporta Bloomberg, además de los vehículos automóviles Europa busca actualizar otros sectores vitales para contener las emisiones de CO2. El transporte ferroviario se sitúa como un elemento vital donde se pretende que se doblen los trenes de alta velocidad durante la década de los veinte. Además la UE pretende que todos los viajes en tren inferiores a 300 km tendrán que ser cero emisiones.
Además del tren, la Comisión Europea quiere endurecer las emisiones del transporte aéreo y marítimo, sectores estos mucho más complicados a la hora de meter la tijera de las emisiones.
En tren como alternativa de transporte
Este proceso inicial fijado para 2030 es el primer paso para uno mucho más ambicioso situado en el horizonte 2050, momento en el que el tren tendrá que haber multiplicado por tres los desplazamientos a alta velocidad y al mismo tiempo doblar el transporte por ferrocarril de mercancías.
Europa emite en la actualidad cerca del 40% menos CO2 con respecto a 1990, pero la Comisión pretende que la cifra se como mínimo del 55% en 2030.
Para conseguir estos objetivos es necesaria una transición decisiva hacia una movilidad sobre ruedas más agresiva que la actual, donde la electrificación real del tráfico cotidiano no pase por una larga transición mediante vehículos híbridos enchufables.
¿Eléctricos o PHEV?
Los últimos estudios y comparativas demuestran las altas tasas de emisiones de los PHEV cuando estos no ruedan con el sistema eléctrico activo, algo que sucede en muchos casos, puesto que las baterías se agotan rápidamente y los usuarios no suelen recargar con la frecuencia deseada.
El aumento de la autonomía de los coches eléctricos y la voluntad del mercado hacia la nueva movilidad, muestra que el salto hacia las cero emisiones es posible antes de lo imaginado no mucho tiempo atrás.
Romper las barreras de acceso por precio de esta nueva tecnología y crear una normativa Europea universal para fomentar el crecimiento de una red de carga rápida y fiable, debería ser una de las primeras acciones de la Comisión Europea para hacer realidad sus ambiciosos planes de descarbonización.