Los coches con pegatina B no podrán circular por la Zona de Bajas Emisiones de Barcelona a partir de 2022

El Ayuntamiento de Barcelona acaba de presentar su nuevo Plan Metropolitano de Movilidad Urbana 2019-2024, el cual recoge, entre otras cosas, un nuevo endurecimiento de las restricciones a la movilidad en la Zona de Bajas Emisiones de la ciudad: a partir de enero de 2022, los coches con la pegatina ambiental B no podrán circular en dicho área.

Esto dejará fuera tanto a los coches de gasolina Euro 3 como a los diésel Euro 4; o dicho de forma más genérica, a los coches de gasolina matriculados entre enero del 2000 y enero de 2006, y a los coches diésel matriculados entre enero de 2006 y enero de 2014 (en ambos casos hay excepciones, pues algunos vehículos cumplían con las nuevas normativas de emisiones antes de dichas fechas).

Con todo, habría que señalar que la fecha establecida en el Plan Metropolitano de Movilidad Urbana es simplemente orientativa. En un principio las restricciones solo afectarán a los automóviles no residentes en la Ciudad Condal, si bien a partir de enero de 2024 pasarán a aplicarse a todos los vehículos.

Con todo, las autoridades municipales no descartan modificar las restricciones en caso de que el sistema de etiquetado de la DGT sea modificado, permitiendo la circulación de los coches de gasolina con etiqueta B y prohibiendo la circulación solo a los diésel con dicho distintivo. Además, se contemplarán algunas excepciones (vehículos de minusválidos, por ejemplo), y se facilitarán alternativas de movilidad.

Este anuncio ha provocado toda clase de reacciones, algunas de ellas muy negativas, pues para el año 2022 muchos de los coches excluidos tendrán poco más de ocho años, siendo todavía relativamente modernos. ¿Es realmente ecológico enviar al desguace un coche con mucha vida útil por delante para comprar otro nuevo, en cuyo proceso de fabricación también se habrá producido una importante contaminación?

Posiblemente estas medidas vayan a más en el futuro; de hecho, el Gobierno de España tiene previsto obligar a todos los municipios con más de 50.000 habitantes a crear sus propias Zonas de Bajas Emisiones a través de la Ley de Cambio Climático, si bien será cada ayuntamiento el encargado de elegir las restricciones de circulación a aplicar.

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