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¿El coche eléctrico amenaza los puestos de trabajo o los trasforma? Un estudio aporta nuevos datos

Desde el Instituto Fraunhofer tratan de dar respuesta a las muchas de las dudas que han surgido en la industria del automóvil a la hora de vaticinar el futuro del sector, en términos de puestos de trabajo. Si bien los fabricantes tradicionales pusieron el grito en el cielo con la llegada del coche eléctrico con premoniciones que auguraban una gran destrucción de empleo, la realidad parece ser diferente.

La transición hacia un nuevo modelo de movilidad es una realidad que se demorará más o menos en el tiempo, en función de las políticas medioambientales puestas en marcha por los gobiernos y la voluntad de abrazar la tecnología 100% cero emisiones por la industria del automóvil, o bien demorar la transformación de todo un sector utilizando artificialmente al automóvil híbrido, como escalón intermedio antes de saltar definitivamente al coche eléctrico puro.

Frente a este dilema la industria ha puesto de manifiesto el riesgo para el empleo que la transición al eléctrico puede suponer, como herramienta de presión política para evitar nuevas vueltas de tuerca en política de emisiones y, especialmente, a la hora de aprobar la normativa Euro 7 que puede ser la puntilla a los vehículos dotados de un motor de combustión interna (ICE).

Los primeros estudios realizados anunciaban ingentes pérdidas de los puestos de trabajo de la industria del automóvil, las cifras iniciales hablaban de entre un 35 al 60% de reducción de trabajadores en 2030.

Un sector en transformación

Para países como Alemania donde la industria automotriz puede llegar a ocupar al 5% del empleo a nivel nacional, entre puestos directos e indirectos, estos datos suponían un cataclismo imposible de aceptar. Una situación similar se puede extrapolar a España donde el sector del automóvil es vital para la economía nacional.

Ante esta polémica el Instituto Fraunhofer ha querido profundizar en este fenómeno. Según los analistas la industria sufrirá una transformación donde surgirán nuevas competencias y otras quedarán en desuso.

Los servicios digitales y las nuevas tecnologías de baterías, los sistemas de transmisión y electrónica, ciberseguridad y conectividad, por citar algunas esenciales, serán claves en el desarrollo de nuevos puestos de trabajo.

El propio Herbert Diess, máximo dirigente del Grupo Volkswagen, ha confirmado recientemente este cambio al reconocer que el auténtico reto será transformar al coloso alemán de la automoción en una empresa de servicios.

El estudio realizado en Alemania se ha querido verificar el auténtico efecto de la transformación en términos de puestos de trabajo entre la producción de un coche eléctrico (BEV) y un vehículo ICE.

Para ello se han comparado dos líneas de montaje. Por un lado se han usado los datos de la planta encargada de realizar el nuevo ID.3, el coche eléctrico con el que Volkswagen desembarca en el mercado de las cero emisiones, frente a la línea de producción del Golf de octava generación, todo un clásico del vehículo de combustión interna.

¿Perdida de empleo o transferencia de trabajadores?

Los resultados muestran a paridad de volúmenes anuales proyectados a 2029, una pérdida de puestos de trabajo sería equivalente al 12%. Pero esta cifra podría llevar a engaño puesto que la realidad emanada del estudio es que esta pérdida teórica de empleo, sería compensada por el incremento de ventas de vehículos eléctricos previsto a los largo del periodo de proyección del estudio.

Por otra parte, las nuevas oportunidades que el coche eléctrico trae consigo generará un nuevo sector que demandará mano de obra cualificada en sectores de informática y nuevas tecnologías, con lo que más que una pérdida de puestos de trabajo nos encontramos ante una reconversión del sector.

El estudio ha sido encargado por Volkswagen como parte de su estrategia de reconversión enfocada a no perder su posición predominante conquistada gracias a modelos de combustión interna.

Frente a la disminución del 5% de puestos de trabajo en el sector productivo y logístico, se prevén crecimientos en los repartos técnicos de hasta el 7%, las divisiones de nuevas tecnolgías podrían ver crecer sus plantillas más de un 5% y hasta el sector del marketing se beneficiará de la transición creciendo hasta un 3% según el estudio.

Fuente | Fraunhofer-Gesellschaft

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