Una nueva normativa de la Unión Europea puede cambiar las tradicionales torres de información de los precios de las gasolineras, que ahora podrán ofrecer el precio del combustible o electricidad medidos en coste por cada 100 km recorridos.
Con el objetivo en mente de concienciar al conductor del verdadero coste de sus desplazamientos, la Directiva europea que ha entrado en vigor el pasado 7 de diciembre de 2020 permite a los distribuidores indicar sus tótems informativos, donde tradicionalmente muestran los precios del combustible por litro, indicar el coste por cada 100 km.
La Unión Europea busca «aumentar la conciencia de los consumidores y garantizar la transparencia en los precios de los combustibles«. Con esta medida se pretende mentalizar a los automovilistas de la reducción de costes que el transporte de personas 100% eléctrico ofrece, en comparación con los combustibles fósiles tradicionales.
La metodología determinada por la Comisión Europea debe a permitir a los usuarios realizar una comparación directa que incorpore todos los factores más relevantes y pueda orientar asimismo futuras decisiones de compra. Según se expresa en la Directiva «tal metodología resulta idónea para alcanzar los objetivos de que el consumidor esté mejor informado y sea mayor la transparencia de los precios del combustible».
Esta opción tiene en cuenta no sólo el contenido energético del combustible, sino también otros factores que inciden en el precio del combustible por distancia recorrida, en particular la eficiencia energética de las respectivas tecnologías vinculadas a la utilización de los diferentes combustibles en los vehículos.
La fórmula para el cálculo
Para poder calcular adecuadamente la información que se aportará desde los luminosos de las estaciones de servicio, la Comisión Europea establece que «a efectos del cálculo de los precios del combustible debe utilizarse el valor de consumo de combustible que consta en el certificado de conformidad de los vehículos. Este valor se basa en el procedimiento de ensayo de vehículos ligeros armonizado a nivel mundial (WLTP)«.
Los precios por por cada 100 km se calculan en función del consumo medio oficial de los tres modelos de vehículos más vendidos del año anterior, por cada tipo de energía. Posteriormente, este valor se multiplica por el precio unitario promedio del combustible durante los últimos tres meses anteriores.
De esta forma se podrán mostrar a los usuarios los diferentes precios en función del tipo de energía utilizad apara propulsar el vehículo.
Las críticas a esta Directiva no han tardado en llegar. Algunas señalan el gran problema que plantea esta medida a la hora de comparar los consumos donde, en palabras de Francis Pousse, presidente de distribuidores de combustible de la CNPA (Consejo Nacional de Profesionales del Automóvil), «No podemos comparar el precio de la electricidad en casa con el precio del combustible en la estación».
La base de cálculo de esta normativa no estría teniendo en cuenta el precio real del kilovatio hora suministrado por las redes de carga públicas que, en ocasiones, son escandalosamente elevados como el caso de IONITY.
Los precios del kWh doméstico difieren enormemente, en muchas ocasiones, de los suministrados por los cargadores rápidos que podemos encontrar en un área de servicio de una carretera.
Lso resultados de la comparativa gasolina/diésel/electricidad puede no ser tan ventajosa para esta última según el precio del kWh que se utilice.
Independientemente de este debate la Directiva es un paso adelante para informar adecuadamente a los conductores del verdadero coste de la energía que utilizan durante sus desplazamientos a bordo de un automóvil.