Tesla ha pedido a sus empleados que liquiden todas las unidades de los Model S y Model X de su inventario a nivel global, algo que no debería ser especialmente complicado si tenemos en cuenta que la compañía dejó de fabricar temporalmente ambos modelos hasta principios de enero para adaptar sus líneas de producción de cara a la llegada de sus versiones actualizadas.
Previsto inicialmente para mediados de 2019, el restyling de los Model S y Model X se retrasó año y medio para priorizar la llegada al mercado del Model Y, considerado por Tesla como un vehículo prioritario para su futuro. Sin embargo, la espera está cerca de llegar a su fin, pues la presentación de los nuevos modelos podría producirse en cuestión de días.
Las primeras entregas de los renovados Model S y Model X están previstas para el mes de marzo. Tesla tiene el objetivo de que para finales de enero no quede ninguna unidad de los modelos actuales en su inventario, por lo que la transición será relativamente rápida.
Tanto el Model S (2012) como el Model X (2015) recibirán cambios estéticos en el exterior y en el interior, así como mecánicos. La actualización más importante la experimentará el salpicadero, pues ambos vehículos montarán un tablero más bajo con una pantalla sin integrar en formato horizontal en lugar de vertical, siguiendo los pasos de los Model 3 y Model Y.
Al contrario que sus hermanos pequeños, los Model S y Model X retendrán la instrumentación tras el volante, si bien pasará a ser más pequeña. En el caso concreto del Model S también habrá cambios de especial calado en el chasis, con unas vías más anchas que serán especialmente aprovechadas por la versión de tres motores Plaid.
Este último modelo será capaz de hacer el 0 a 60 millas por hora (0-96,6 km/h) en menos de dos segundos, con una velocidad punta de 322 km/h y una autonomía superior a los 837 km EPA. Por el momento se desconoce si el restyling o la versión Plaid incluirán cambios como el uso de celdas 2170 o de grandes piezas de fundición en el bastidor.
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