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Un estudio señala que para 2025 los coches eléctricos serán más baratos que los térmicos incluso sin ayudas estatales

De acuerdo con un estudio publicado por el ICCT (International Council on Clean Transportation), para el año 2025 los coches eléctricos a baterías serán una alternativa notablemente más rentable que los modelos con motores de combustión interna incluso en caso de que desaparecieran las actuales ayudas estatales a la compra de vehículos sostenibles.

Esto se deberá principalmente a los ambiciosos objetivos de emisiones perseguidos por la Unión Europea, que propiciarán que los fabricantes apuesten con decisión por la movilidad eléctrica en detrimento de los clásicos motores térmicos, cuya adaptación a las nuevas normativas anticontaminación los hará notablemente más costosos.

Peter Mock, director europeo del ICCT, afirma que «para reducir las emisiones de dióxido de carbono de un motor de combustión interna son necesarias grandes inversiones en tecnología», mientras que el rápido desarrollo de la tecnología eléctrica y la caída en picado del precio de las baterías harán que los coches eléctricos sean una opción mucho más atractiva para marcas y clientes desde un punto de vista económico.

El próximo mes de julio, la Comisión Europea podría volver a endurecer los objetivos de emisiones para automóviles (mientras que actualmente se aspira a reducir las emisiones del sector de cara al año 2030 en un 37,5% respecto a los valores de 2021, este porcentaje podría incrementarse finalmente al 70%), lo que supondría firmar el acta de defunción del coche térmico en el viejo continente.

«Si la Unión Europea opta por objetivos significativamente más estrictos, un propietario medio podría ahorrar alrededor de 1.500 euros durante los primeros ocho años de vida de un vehículo en comparación con los límites actuales. Con estos objetivos, la protección del clima y la protección del consumidor van de la mano».

En su análisis el ICCT considera que los híbridos enchufables se quedarán rápidamente obsoletos, pues la combinación de un motor de combustión con un conjunto propulsor eléctrico será muy costosa y los hará poco atractivos desde un punto de vista económico frente a los eléctricos puros. Algo similar ocurrirá con los combustibles sintéticos, que no resultarán rentables para los usuarios como mínimo hasta 2035 debido a las elevadas inversiones asociadas a su desarrollo.

El ICCT no ha tenido en cuenta en su informe las motorizaciones diésel, pues su participación en el mercado europeo ha caído en picado, lo que ha llevado a que los fabricantes dejen de invertir en esta tecnología. Sin ir más lejos, grupos como Renault o Stellantis dejarán de ofrecer motores diésel en sus turismos para mediados de la década.

Fuente | ICCT

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