Con la bajada de los precios, cada vez más personas se están lanzando a la compra de un coche eléctrico como una forma de reducir su factura energética y sus emisiones. Ahora diferentes estudios están demostrando que la compra de un coche eléctrico tiene otro efecto secundario entre los propietarios. Y es que una vez que tienen uno de estos vehículos los usuarios se empiezan a preguntar de donde viene la energía para recargar las baterías, y si es posible producirla en casa mediante unos cada vez más baratos sistemas fotovoltaicos.
Esto está teniendo gran repercusión en zonas como Australia. Un mercado de momento algo hostil desde el gobierno al coche eléctrico, pero que no puede frenar su expansión. Y con el, el de las renovables. Una tendencia que podemos extrapolar a otras zonas de diferentes países.
En este caso el estudio se ha centrado en las zonas de Sidney y Hunter Valley. Lugares donde la mayor parte de los propietarios de un coche eléctrico ya cuentan con paneles solares en sus viviendas. Una cifra que llega al 75% y que demuestra la imparable expansión de dos tecnologías con gran potencial de sinergia.
Una encuesta a clientes dirigida por la empresa de distribución eléctrica Ausgrid, también revela que el 25% de los propietarios de coches eléctricos tienen una batería en sus viviendas, y más de dos tercios de los que aún no tienen energía solar en la azotea están considerando instalar energía solar, y posiblemente también una batería.
La encuesta encontró que el 60% de los hogares con coches eléctricos tenían energía solar en sus tejados, con una potencia instalada media de 6,9 kW. Un 25% también tenía almacenamiento de batería, con una capacidad media de 15,5 kWh por vivienda. En torno al 30% de los propietarios de sistemas de energía solar, y el 22% de los propietarios de baterías de respaldo, indicaron que instalaron la tecnología específicamente para cargar su coche eléctrico.
Este estudio nos permite además conocer con más detalle otros aspecto demográficos, como que la gran mayoría de los propietarios de coches eléctricos viven en viviendas unifamiliares, un 78%, y el 83% son matrimonios, y de estos un 50% tienen hijos.
Otros datos
El estudio nos muestra además que el 56% de los propietarios de coches eléctricos viajan entre 10.000 y 20.000 km al año, pero otro 20% viaja más de 20.000 km al año. El 62%, de los encuestados instalaron su propio cargador doméstico, pero todavía queda un tercio que simplemente conecta el vehículo a una toma de corriente convencional.
Alrededor del 56% usa la configuración del temporizador del vehículo o del cargador para seleccionar el momento en que cargan su vehículo, y una gran mayoría (el 78%) se sienten cómodos con los servicios públicos que controlan la carga. Algo que supone poder acceder a recargas más económicas en los momentos de menor demanda.
Un ejemplo gráfico del impacto que está provocando el coche eléctrico que no sólo está limitado a la reducción de emisiones contaminantes del propio coche, sino que también puede llevar esta mejora la producción de la propia electricidad.
Algo que tiene lugar tanto en Australia, como California y otras regiones con elevado poder adquisitivo y muchas horas de sol, pero que poco a poco se extiende a otros muchos lugares gracias a la reducción de costes de los coches eléctricos y fuentes como la fotovoltaica, que está logrando cifras muy interesantes con paneles monocristalinos de gama media de 400W con precios por debajo de los 140 euros la unidad, precios a los que añadir elementos como la estructura, inversor, mano de obra. Pero cifras cada vez más competitivas que nos permiten con una inversión contenida contar con potencias cercanas a los 10 kWp.
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Fuente | Ausgrid