Los coches eléctricos de ocasión pierden hasta un 67% de su valor, y la cosa irá a peor en 2026
El coche eléctrico pierde valor mucho más rápido que uno de gasolina o diésel. El exceso de oferta, los avances tecnológicos y la incertidumbre sobre las baterías están castigando su reventa. Una situación que, sin embargo, puede beneficiar a quienes buscan ganga
Si estás pensando en vender tu coche eléctrico, apura. Hazlo lo antes posible ya que la cosa va ponerse muy complicada en breve. A la habitual depreciación por el avance de la tecnología, ahora en España añadiremos otro factor más que hará que el valor de los coches de ocasión baje todavía más. El Plan de ayudas del próximo año revolucionará el sector de los coches nuevos, e impactará de forma directa en los de segunda mano.
y es que hacerse con un coche eléctrico de segunda mano hoy en día ya es una buena opción por la bajada de precios. Por ejemplo, un modelo del segmento B, con dos o tres años, y al menos 50 kWh, ya está por debajo de los 20.000 euros. Casi 10 mil euros menos que cuando salió de fábrica. Pero curiosamente, es un precio cercano al que pagó su actual dueño. Todo gracias a las ayudas públicas.
Pero estas ayudas han tenido poco impacto en España, hasta ahora. El nuevo plan de ayudas supondrá un antes y un después, ya que los interesados en modelos con precios de unos 25.000 euros, por ejemplo el BYD Dolphin Surf con batería de 40 kWh, que arranca en los 23.990 euros antes de ayudas o promociones, se quedará en 19.490 euros con la ayuda básica (si se repiten cifras) en 16.990 euros si achatarramos vehículo, y en 15.780 euros con ayudas y promoción del fabricante.
Ante esto, propuestas de ocasión como los Renault ZOE, Seat Mii, BMW i3, Hyundai Ioniq o Nissan LEAF, entre otros muchos, verán como su valor se hundirá todavía más.
La depreciación implacable del coche eléctrico
Según un informe del portal francés Leboncoin, un coche pierde de media un 20% de su valor solo en el primer año. Pasados cinco años, la pérdida puede situarse entre el 50 y el 60%. Aunque no todos los vehículos siguen esta misma tendencia: la marca, el modelo, la motorización, el equipamiento y, sobre todo, el precio inicial influyen mucho en la depreciación.
Algunos modelos, como los de Dacia, apenas pierden valor por su bajo coste de entrada. Una Sandero de gasolina solo pierde un 14% en cinco años, mientras que con motor diésel la cifra sube al 23%. Esto confirma una tendencia clara: la gasolina está perdiendo menos valor que el diésel. La peor parada en este apartado es la Nissan Micra diésel, que cae un 64%.
El coche eléctrico se devalúa más... y no es casualidad
Más allá de las marcas económicas, los coches de gama alta también aguantan mejor. Modelos como el Mercedes CLA o el Audi Q3 Sportback, ambos de gasolina, rondan el 30% de pérdida en cinco años. Pero el gran perdedor en esta historia es el coche eléctrico.
Ningún modelo eléctrico se salva de una fuerte depreciación. El mejor parado es el Volkswagen ID.3, que pierde un 58% de su valor. Le siguen el Tesla Model 3 con un 59% y el Peugeot e-208 con un 61%. El Audi e-tron cae hasta un 65% y la Nissan Leaf roza el 67%. Incluso el más vendido, el Renault ZOE, pierde un 63% de su valor. En concreto, un ZOE que costaba 30.852 euros en 2020, hoy se encuentra por unos 11.293 euros en el mercado de ocasión. Una diferencia de 19.559 euros.
¿Qué está pasando? Hay varios motivos. Los precios del coche nuevo están bajando. Un ejemplo claro es el del Tesla Model 3. En 2020, la versión Autonomía Standard Plus costaba 50.800 euros. Hoy, la versión de acceso se vende por 41.990 euros, y eso teniendo en cuenta la reciente subida de precio ya que hace poco estaba en 39.990 euros, y contaba con descuento de la marca.
También influye la evolución tecnológica. Las nuevas generaciones de eléctricos tienen más autonomía, cargan más rápido y ofrecen nuevas funciones, como el V2L o el freno regenerativo completo. Esto deja a los modelos antiguos en desventaja.
Más coches eléctricos en el mercado, pero menos compradores
La desconfianza hacia las baterías también es clave. A muchos compradores de segunda mano les preocupa el estado de salud del acumulador. La degradación de la autonomía con los años y el fin de la garantía son factores que generan dudas, sobre todo porque cambiar la batería puede salir carísimo. Por eso, es recomendable pedir un certificado que detalle el estado del acumulador (SoH) antes de cerrar la compra.
A esto hay que sumar un crecimiento constante en la oferta de eléctricos de ocasión. Muchos de estos coches fueron vendidos nuevos bajo fórmulas como el leasing o el renting después de la pandemia, y ahora están volviendo al mercado tras acabar sus contratos. Las concesiones ya anticipan una avalancha de retornos a partir de 2026, lo que podría saturar aún más el mercado.
Es la era de los chollos
Esta fuerte bajada en los precios también tiene su parte positiva. Para quienes buscan una segunda unidad para el día a día o moverse por ciudad, hay auténticas gangas. Además, empiezan a aparecer oportunidades interesantes en modelos más grandes y con autonomías más generosas, y no solo en modelos urbanos.
La conclusión es lo que hemos comentado al principio. Si tienes un coche eléctrico y quieres venderlo, hazlo lo antes posible ya que en unas semanas se pondrá la cosa mucho más difícil. Y si estás buscando uno, estate atento por que van a aparecer chollos en las páginas de anuncios de segunda mano.
