
Los chinos no se detendrán: Volvo y Polestar piden a la UE que mantenga la prohibición de los coches de combustión en 2035
Los directores ejecutivos de Volvo y Polestar se muestran en contra de la posibilidad de que la Unión Europea dé marcha atrás en sus planes para prohibir la venta de automóviles nuevos con motor de combustión interna a partir de 2035.

Esta misma mañana, nuestro compañero Adrián se hacía eco de la noticia de que la Unión Europea finalmente permitirá que puedan seguir vendiéndose automóviles con motor de combustión interna en el mercado europeo a partir de 2035. Sin embargo, habrá una condición: que utilicen exclusivamente combustibles sintéticos o biocombustibles, lo que en la práctica condenará a esta tecnología a un papel minoritario.
Y es que los combustibles sintéticos o e-fuels, que se obtienen a partir de la síntesis de hidrógeno y dióxido de carbono recapturado, ofrecen una baja eficiencia energética, son muy costosos y difíciles de producir a gran escala, mientras que los biocombustibles llevan años siendo muy polémicos debido al impacto medioambiental que conlleva su fabricación (deforestación, consumo de recursos hídricos, etc).
De confirmarse que el motor de combustión interna sólo podrá sobrevivir utilizando estos carburantes, en la práctica se convertirá en una opción de nicho reservada a fabricantes de lujo como Bugatti o Ferrari, ya que será mucho más barato para las marcas de gran volumen apostar por los coches eléctricos a batería, cuyos costes están reduciéndose a gran velocidad.
España y Francia se muestran a favor de la prohibición, pero las constantes presiones de Alemania a Bruselas parece que terminarán desembocando en una normativa más flexible de lo previsto inicialmente. Esto no es visto con buenos ojos por algunos actores del sector; sin ir más lejos, Volvo y Polestar se oponen frontalmente a que la Comisión Europea dé marcha atrás en sus ambiciosos planes de descarbonización.

Un debate inútil impulsado por Alemania
Michael Lohscheller, CEO de Polestar, ha señalado durante una reciente entrevista con The Guardian que un aplazamiento sería una "pésima idea", ya que una transición posterior complicaría todavía más la competencia con los fabricantes extranjeros. Håkan Samuelsson, CEO de Volvo, es de la misma opinión que su homólogo, enfatizando la necesidad de directrices claras para que la industria europea prospere.
El directivo va un paso más allá al afirmar que es necesario enfrentarse directamente a la competencia, por lo que no ve motivos para debilitar la norma de 2035, ya que todavía queda una década por delante. Lohscheller por su parte considera inútil reanudar el debate sobre la fecha de la prohibición, llegando incluso a acusar a Alemania de aferrarse al pasado, en contraste con la innovación china y estadounidense.

Es interesante mencionar que Volvo pertenece al grupo chino Geely, si bien Samuelsson considera que la firma escandinava opera como una empresa europea desde una perspectiva regulatoria, ya que siempre ha gozado de una gran independencia. El ejecutivo celebra los grandes avances que se están produciendo en el sector del coche eléctrico, con importantes ganancias de autonomía, velocidad de carga y reducción de precios.
A principios del año que viene, Volvo lanzará el que probablemente sea su coche eléctrico más ambicioso hasta la fecha: el EX60, que ocupará un lugar equivalente al de su principal superventas, el XC60, junto al que convivirá durante un tiempo indeterminado. Este modelo será el encargado de estrenar la plataforma SPA3, que contará con tecnologías como una arquitectura de 800 voltios compatible con cargas ultrarrápidas.


