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El G7 se obsesiona con China y deja al coche eléctrico y el medio ambiente de lado

El grupo de las siete naciones conocido como G7 que se ha reunido estos días en Cornualles, Reino Unido, ha centrado sus reuniones en «contrarrestar y competir» con China según han declarado los líderes de las naciones que se han dado cita en la ciudad costera. El resultado ha sido un aumento de la tensión diplomática con el gigante asiático y una rebaja del apoyo del grupo al coche eléctrico.

Los ataques a China y Rusia han protagonizado la cumbre que ha dejado un mal sabor de boca a aquellos que abogaban por una apuesta firme y contundente en pos de la descarbonización de la economía por parte del G7 de la mano de la transformación de la movilidad a nivel mundial.

El G7 ha dado marcha atrás respecto a sus propios planes para establecer un objetivo que garantice la supremacía del coche eléctrico, y aleje al contaminante motor de combustión para 2030.

Adiós a una fecha concreta

El último día del evento se ha publicado el comunicado final de la reunión del G7 que ha rebajado significativamente el apoyo de este grupo de naciones hacia una movilidad más sostenible y ecológica.

Las primeras versiones de este documento contenían aspiraciones mayores a la hora de electrificar el parque automovilístico mundial. Finalmente se han borrado las fechas límites para la transformación del sector reduciendo el compromiso de este poderoso e influyente grupo de naciones.

Con una escueta referencia, como publica La Casa Blanca, el grupo anuncia su visión del sector del transporte: «Nos comprometemos a acelerar la transición de las nuevas ventas de automóviles diesel y de gasolina para promover la adopción de vehículos de cero emisiones«.

Pero lejos de cerrar plazos y acelerar la transición, el documento tan sólo hace referencia a un periodo «a lo largo de la década de 2020, y más allá«.

Mientras China contraataca

Las declaraciones del asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan donde recuerda que los líderes del G7 abogan por la necesidad de «contrarrestar y competir» con China en retos que ponen el foco en la carrera tecnológica, contrastan con el recelo a apoyar la transición hacia una movilidad cero emisiones en la que el gigante asiático está pisando el acelerador a fondo.

La respuesta de China, que lentamente prepara la invasión le mercado europeo con sus nuevos y avanzados coches eléctricos (NIO acaba de recibir el visto bueno para arrancar la comercialización de sus automóviles) ha sido contundente y muestra cómo la nación asiática ha cambiado su dialéctica y retórica internacional.

Según reporta la cadena NBCNews, a través de un portavoz de la embajada China en Reino Unido, país que a acogido el encuentro del G7, se ha hecho pública la respuesta china a las amenazas y acuerdos de las siete naciones.

Para el Gobierno chino, «los días en que las decisiones globales eran dictadas por un pequeño grupo de países han quedado atrás«, en un claro aviso a navegantes sobre las decisiones de un grupo de naciones que según el país asiático no representa a la mayoría de naciones.

La controversia hacia las decisiones del G7 puesto que el Gobierno chino rompe con un discurso que recuerda a la época colonial alegando que «siempre creemos que los países, grandes o pequeños, fuertes o débiles, pobres o ricos, son iguales, y que los asuntos mundiales deben ser manejados a través de la consulta de todos los países«.

¿100.000 millones de dólares?

Pese a la falta de un compromiso temporal, el comunicado mantiene la voluntad de impulsar con 100.000 millones de dólares anuales el desarrollo de acciones para garantizar la transición y la lucha contra el cambio climático.

El comunicado no aclara cuando se realizarán estos compromisos ni en cuánto aumentarán el grupo de los 7 sus contribuciones para hacer efectiva su promesa.

Fuente | The White House

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