Las baterías de respaldo se han convertido en los últimos años en una alternativa cada vez más interesante tanto para regular la red eléctrica, como para sacar el máximo partido a las instalaciones solares residenciales. Pero mucha gente no puede instalar paneles en su vivienda o empresa. Pero eso no quiere decir que no puedan aprovechar las capacidades de almacenar energía en las horas baratas y usarla en las caras.
Así lo han comprobado en el portal australiano One Step Off The Grid, que han descubierto que son muchos los clientes que han comprado una batería para el hogar sin tener una instalación solar. Algo que ha facilitado las fuertes ayudas del gobierno que ofrece hasta 3.800 euros al cambio en ayudas, que ahora han sido reducidos a 2.500 euros.
La clave de que la operación tenga éxito es poder aprovechar las tarifas más económicas para recargar la batería, y usar esa energía en las horas de mayor coste. Algo que supone que no todos los clientes sean susceptibles de poder sacar el máximo partido a esta tecnología, siendo principalmente clientes como pequeñas y medianas empresas, o clientes que trabajen desde casa, los que más provecho sacarán a la misma.
Para ello, la startup iO Energy ha lanzado una aplicación que cuenta con un algoritmo que estudia en tiempo real el mercado energético y analiza cuándo es mejor cargar la batería, y cuándo es más adecuado liberar esa energía. Algo que permitirá lograr un ahorro que puede ser mucho más importante de lo que pensamos.
Para ello los responsables de iO Energy han puesto como ejemplo la vivienda de unos clientes. Un matrimonio de jubilados que viven en una casa que cuenta con un elevado consumo eléctrico de hasta 9.000 kWh al año. Algo que representa una media de 24 kWh diarios, que puede ser el consumo de una vivienda de al menos cinco ocupantes, o una con uno o dos coches eléctricos.
Para los cálculos, la familia ha estimado el ahorro que lograrían aprovechando las cinco horas más económicas que le ofrece la compañía eléctrica, entre las diez de la mañana y las tres de la tarde, cuando el coste es de 8 céntimos de dólar australianos el kWh (5 céntimos de euro al cambio) frente a los 34 céntimos de dólar en las horas punta (22 céntimos de euro).
Según sus estimaciones, el ahorro podría situarse en torno al 75% de la factura mensual gracias a la instalación de una batería, que en este caso ha sido la Powerwall de Tesla, que como recordamos cuenta con una capacidad de 13.5 kWh y una potencia nominal de 5 kW, 7 kW de potencia pico. Un sistema que ha tenido un coste de 7.800 dólares (5.000 euros) después de descontar las ayudas públicas.
El resultado es que una vivienda que contaba con un gasto eléctrico mensual de 300 dólares australianos al mes (198 euros) ha pasado a pagar un total de 80 dólares mensuales, o 51 euros al cambio. Un 73.3% menos que antes de la instalación de la batería.
Cifras que ahora serán incluso más bajas ya que iO Energy ha logrado bajar el precio del kWh en hora económica hasta los 7 céntimos de dólar el kWh, o 4.5 céntimos de euro el kWh al cambio. Algo que supondrá que las facturas a partir de ahora serán de entre 65 y 70 dólares mensuales, entre 41.8 y 45 euros mensuales.
Gracias a estos ahorros, los propietarios estiman que amortizarán la adquisición de la batería en apenas tres años.
Por supuesto los dueños de la batería insisten en que el sistema no es para todo el mundo. Necesita algunos cambios de hábitos y por supuesto, el poder recargar durante las horas económicas y usar esa energía en las mas costosas. Algo que hace que los horarios de mucha gente o las tarifas de cada compañía pueden impedir.
Pero como vemos, si las tarifas encajan, las baterías pueden ser una herramienta de lo más interesante para por ejemplo empresas que tengan un elevado consumo durante el día, y puedan acumular por las noches. Algo que los recientes cambios normativos en España ha favorecido al reducir los costes fijos frente al imparable incremento del precio de la electricidad.
También entran en juego las ayudas públicas, que como recordamos en España también están habilitadas nutridas por los fondos de recuperación de Europa, que cuentan con un presupuesto específico de 220 millones para acumulación.
Pero para sacarle partido hace falta una tarifa adecuada. Por supuesto cada caso es un mundo y todo depende de las necesidades de cada cliente. Pero en el mercado hay tarifas destinadas al coche eléctrico con costes muy reducidos, con un precio de 3 céntimos de euro por kWh si usamos la energía entre la 1 y las 7 de la mañana, que nos permitirá acceder a un coste muy bajo para usarlo durante el día, cuando supera de largo ya los 25 céntimos el kWh y en muchos casos se asoma a los 35 céntimos en algunas horas.