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25.000 personas han reservado su Mullen Five en una semana tras su presentación

Mullen Automotive, Inc. es otro «prometedor» fabricante de vehículos eléctricos de Estados Unidos. La semana pasada presentó un atractivo crossover, el Mullen Five, que comenzará a producirse y entregarse a clientes en tres años. Coincidiendo con la muestra del salón de Los Ángeles, Mullen empezó a captar reservas del Mullen Five, a 100 dólares cada una, con un límite de 5.000 unidades.

Sin embargo, recientemente se amplió dicho tope a 25.000 unidades, las cuales ya se han reservado. En otras palabras, Mullen Automotive ha captado 2,5 millones de dólares de financiación con el mismo modus operandi que popularizó Tesla hace años: depósitos reembolsables a cambio de un puesto en la cola por las primeras unidades, no son pedidos reales. Actualmente Tesla capta las reservas a 100 dólares también.

El Mullen Five es el punto central del esfuerzo y objetivos de la compañía, dijo su consejero delegado y director, David Michery. Las prestaciones anunciadas son muy interesantes: 95 kWh de baterías, prestaciones de superdeportivo, más de 500 km de autonomía, recarga ultrarrápida… todo eso a un precio de 55.000 dólares por coche más extras.

Instalaciones actuales de Mullen Automotive (AMEC) en el condado de Tunica

Mullen Automotive necesita dinero, como cualquier fabricante emergente que pasa del boceto a una maqueta/prototipo, y de la maqueta/prototipo a modelos de producción en serie. En la actualidad tienen unas instalaciones en el condado de Tunica (Robinsonville, Mississippi) de 11.520 metros cuadrados en unos terrenos que superan los 400.000 m2. La llaman AMEC, de Instalaciones de Fabricación e Ingeniería Avanzada en inglés.

A principios del mes la compañía anunció la expansión del AMEC, dentro de sus terrenos a prácticamente 10 veces más superficie en la que trabajar. Allí no solo se producirán los Mullen Five, también furgonetas eléctricas. Dispondrán de un taller de carrocería, instalaciones de pintuta totalmente automatizadas y cadena de montaje. Eso no se financia con 2,5 millones de dólares, evidentemente.

Sin embargo, se traslada un mensaje muy positivo a inversores y accionistas diciendo que esperaban 5.000 reservas y que tienen 25.000, aunque no sean pedidos reales, porque eso muestra que hay interés por fabricar su crossover. Suponiendo que las 25.000 órdenes se materializasen y a un precio mínimo de 55.000 dólares por coche, existe el potencial de facturar 1.375 millones de dólares. Eso ya suena definitivamente mejor.

Sin embargo, hay que tomar estos anuncios y cifras con cautela. Mullen Automotive dijo que iba a comercializar en Estados Unidos el Dragonfly K50, conocido en China como Qiantu K50, pero no llegó a vender ni uno. También puede que nos suene Mullen por haberse quedado con algunos Coda Sedan tras la bancarrota de la empresa original, y que en 2017 aún intentaba venderlos tras hacerles algunas mejoras como Mullen 700e (anunciadas en 2014).

Es posible que Mullen Automotive pruebe suerte en el casino que representa la bolsa para fabricantes emergentes. Empresas que no han vendido un solo coche pueden alcanzar cotizaciones de escándalo si producen el hype suficiente (por acción propia o de terceros) y hay suficiente gente que cree que se puede acabar forrando con la especulación de acciones.

Ahí están como referentes Tesla, Rivian Automotive y Lucid Motors, cuyas valoraciones bursátiles son escandalosas respecto a los tradicionales fabricantes de Estados Unidos. No es que en FCE dudemos -precisamente- del futuro de los coches eléctricos, de hecho lo son, pero inevitablemente habrá más de una empresa o que esté vendiendo humo o fracase con la mejor de sus intenciones.

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