Esta semana el portal americano Edmunds ha tenido la oportunidad de poner frente a frente a las versiones más deportivas de los SUV Ford Mustang Match-e GT y el Tesla Model Y Performance. Un test para comprobar cual de estos dos modelos son mejores en aspectos como su dinamismo y prestaciones.
Para ello los redactores de la revista han usado el Model Y que han comprado hace casi un año, y que han usado en diferentes test para una prueba de larga duración. Frente a el un Mach-e GT nuevo que se ha convertido en la opción más rápida y radical del SUV de Ford.
La prueba comparativa se ha dividido en varios test: desde la prueba de aceleración hasta las 60 millas por hora. La prueba de frenada, la autonomía en condiciones reales.
El Mach-E GT (nombre abreviado que usan cada vez más medios olvidándose de lo de Mustang) destaca por su diseño exterior que llama la atención de forma muy poderosa. Una propuesta que en Estados Unidos arranca en los 61.095 dólares. Un precio que en la versión probada se ve aumentada al ser la versión Performance Edition, que añade elementos adicionales como unas llantas de 20 pulgadas, más potencia, y sobre todo un sistema de suspensión MagneRide, que le permite pegarse como una lapa en las curvas. Todo eleva el precio de la unidad probada hasta los 70.000 dólares.
El resultado es una bestia parda que dispone de un tren motriz formado por dos motores eléctricos (uno por eje), lo que le da tracción total y una potencia total combinada de 487 CV. El par por su parte se sitúa en 860 Nm (el más elevado de toda la gama europea de Ford), lo que le permite hacer el 0 a 100 km/h en tan solo 3,7 segundos. Todo con una autonomía que bajo el ciclo EPA es de 420 km.
Frente al modelo de Ford, está el Tesla Model Y en su versión Performance. Una propuesta algo más económica que en Estados Unidos arranca en los 63.990 dólares, y que añadiendo extras como la conducción autónoma sube en la unidad de prueba hasta los 68.700 dólares en el momento de su compra, ya que en los últimos meses del Model Y ha sufrido un aumento de sus tarifas que supone en la actualidad un precio de 73.990 dólares. Un modelo que cuenta con una mayor autonomía homologada, llegando a los 489 km EPA.
Ford Mustang Mach-e GT Performance VS Tesla Model Y Performance
La primera prueba que realizan es la comparativa de aceleración. Un aspecto clave en dos modelos que llevan el apellido Performance.
En el caso del Ford, el modelo de pruebas para el crono en 3.8 segundos hasta las 60 millas por hora. El Model Y Lo hace en 3.7 segundos.
La segunda prueba es la frenada. Y es que tan o más importante que acelerar rápido, es frenar pronto. En este caso el Ford logra detenerse desde las 60 millas por hora (96.6 km/h) en 32.3 metros, mientras que el Model Y ha necesitado 32.92 metros.
La tercera es la autonomía real. Para ello los redactores de Edmunds han conducido ambos modelos en su circuito en carretera abierta y condiciones reales de tráfico, en un trayecto mixto de autovía, carreteras secundarias y ciudad.
El resultado es que el Ford ha logrado recorrer 439 km con una carga completa, mejorando las cifras del ciclo EPA. El Model Y ha completado este mismo recorrido ha logrado alcanzar los 424 km. Algo menos que el Ford, pero que denota que el Tesla es mucho más eficiente ya que este cuenta con una batería de 75 kWh útiles (versión del 2020) frente a los 88 kWh útiles del Mach-e.
Comparativa dinámica en circuito
Pero los clientes interesados en estos dos modelos no estarán pensando demasiado en eficiencia ni en autonomía máxima, sino en prestaciones dinámicas.
Para ello los probadores han llevado a los dos modelos al circuito donde poder sacar el máximo partido estos dos SUV deportivos.
Esto se denota en aspectos como las configuraciones dinámicas configurables que trae por ejemplo el Mach-e. Desde poder desviar más potencia al eje trasero, prepara el control de tracción para algo de marcha, y además refuerza la refrigeración de la batería para soportar el estrés de la conducción deportiva.
Otro aspecto que otorga la superioridad al Ford en este aspecto es su suspensión MagneRide, que cuenta con un sistema que adapta sus prestaciones al tipo de conducción de cada momento, lo que le permite sacar el máximo partido al sistema de propulsión en cada curva y superar en este aspecto al Tesla.
En el otro lado está el Tesla Model Y, que se presenta con un sistema de propulsión incluso más demencial que el Ford. Una potencia que el fabricante no indica, pero que según las pruebas en el dinamómetro alcanza los 469 kW (639 CV).
Pero el Model Y no cuenta con las capacidades dinámicas del Ford al llegar a curva. Se muestra algo más desequilibrado. Algo que se puede deber a que no cuenta con el mod circuito como el Model 3 Performance o el Model S Plaid. Por lo que no se puede realizar una configuración específica para circuito.
Pero…
Si, hay un importante pero que hace que en el plano dinámico el ganador para la prueba de Edmunds sea el Tesla Model Y.
Y es que el Mach-E cuenta con una importante limitación que le permite disfrutar de toda la potencia durante solo cinco segundos consecutivos. Después de ese tiempo se reduce de forma importante el empuje.
La explicación de Ford es que se trata de una protección para alargar la vida útil de la batería. Una limitación que supone que para los probadores, una gran propuesta sobre el papel se transforme en una gran decepción ya que se supone que es un modelo diseñado precisamente para llegar a los límites de sus capacidades.
Un pequeño detalle que cada uno debe valorar si es o no motivo para descartar la compra. Pero sin duda se trata de una extraña decisión que mancha una propuesta sólida en todos sus aspectos y que se complementa con otros elementos como su calidad interior, equipamiento tecnológico, donde en la prueba se destaca el sistema de conducción autopilotado de Ford, y al que colocan por encima del de Tesla.
Y precisamente por culpa de este detalle, la comparativa da como ganador al Tesla Model Y, que como recordamos ha recibido una renovación que ha mejorado algunos aspectos estéticos, como una consola mate, carga inalámbrica, o el borrado de los cromados, y que logra hacerse con la recomendación del probador.