Seguramente muchas veces nos habrán preguntado por qué no hay sistemas que recarguen los coches eléctricos en movimiento. Una tecnología en desarrollo desde hace años y que camina hacia el sueño de poder cargar en movimiento los vehículos eléctricos. El último ejemplo nos llega de la mano de Stellantis, que esta semana ha puesto en marcha su proyecto Arena del Futuro, donde prueban de forma práctica esta tecnología.
Después de varios años de investigación, «Arena Del Futuro», el circuito construido por Stellantis en colaboración otros socios como ABB, Electreon, FIAMM Energy Technology, IVECO, IVECO Bus, se ha convertido en un realidad. Su objetivo es probar en la vida real una carga mediante inducción dinámica.
Esta fase 3 del proyecto supondrá la puesta a prueba de la tecnología en un uso real. Se ha llevado a cabo con éxito la inauguración del circuito de 1.050 metros de longitud que está ubicado en un área privada de la autopista A35 que une Milán con Brescia y cerca de la salida Chiari Ovest. Esta se alimenta con un sistema dotado de una potencia de 1 MW.
Según los responsables del proyecto, esta tecnología está lista para ser utilizada en circuito. Para ello, se han habilitado los primeros vehículos, un FIAT 500 y el autobús Iveco E-Way, para probar el sistema. Unos modelos que ya han acumulado unos cuantos kilómetros y según Stellantis, con resultados más que prometedores.
El objetivo es demostrar el correcto funcionamiento del sistema DWPT (Dynamic Wireless Power Transfer) Una de las tecnologías candidatas a ofrecer alternativas inmediatas y concretas a los objetivos de reducción de emisiones en el sector transporte.
La participación de Stellantis en este proyecto se enmarca en la estrategia de electrificación mostrada por la empresa en su EV Day el pasado mes de julio donde indicaban que el objetivo principal es ofrecer a los clientes no sólo los vehículos de última generación, con amplia autonomía y carga ultrarrápida, sino también un ecosistema de servicios que puede satisfacer todas las necesidades de una base de clientes cada vez más exigente.
Para el 2025, Stellantis planea invertir más de 30.000 millones de euros en electrificación y desarrollo de software, con el objetivo de respaldar los planes de descarbonización.
Para Anne-Lise Richard, Directora de la Unidad de Negocio Global e-Mobility en Stellantis: «esta es una solución de vanguardia para proporcionar una respuesta concreta a los problemas de autonomía y carga que preocupan a los clientes. Estamos acelerando nuestro papel para definir la movilidad del futuro y, en este sentido, la tecnología DWPT nos parece estar en línea con nuestro deseo de ofrecer una respuesta concreta a las necesidades de los clientes. Cargar vehículos mientras están en movimiento ofrece claras ventajas en términos de tiempos de carga y tamaño de sus baterías”.
Con DWPT, los vehículos eléctricos se pueden cargar «de forma inalámbrica». Para ello simplemente tendrán que, además de estar preparados para aceptar este tipo de carga, conducir sobre carriles adaptados y dotados del sistema de bobinas instaladas bajo el asfalto.
Esta tecnología además tiene la característica que se puede adaptar para a prácticamente todos los vehículos, simplemente equipándolos con un “receptor” que se encarga de recibir la energía que llega desde el emisor.
Un tipo de recarga que parece ideal para grandes vehículos, como camiones o autobuses eléctricos, que supone una alternativa a los sistemas por pantógrafo, que cuentan con retos como el impacto visual de los cables, y también su exposición a la climatología. Dos puntos que los sistemas inalámbricos tienen solucionado.
Pero queda por saber como está el punto más crítico de esta tecnología. Su eficiencia. Y es que a pesar de su evolución, esta siempre será menor que un cable directamente al vehículo. Pero la cuestión es saber cuánto menos. Algo fundamental.
También está la cuestión del coste de la infraestructura, que tendrá que ir bajo la carretera con los retos que eso supone de instalación, pero también de mantenimiento o reparaciones. Algo a lo que se añade que el vehículo tendrá que contar con el receptor, que este sea universal para evitar la guerra de formatos, y que tenga un coste asequible.
Muchos retos por delante como vemos.
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Fuente | Stellantis