Si nada más se tuerce, en 2023 llegará al mercado en Estados Unidos el Tesla Roadster de segunda generación, una auténtica bomba de bolsillo. Será de los coches eléctricos más rápidos y prestacionales del mundo. En los últimos días Tesla ha dejado de aceptar pedidos para las 1.000 unidades de Founders Series, la primera serie limitada.
A finales de 2017 se presentó el coche a medias, básicamente por ser un render por ordenador, con la promesa de llegar en 2020 -lo cual no ha sucedido-, luego en 2021, después en 2022. Se ofrecieron dos modelos, el Base y Founders Series. Para reservar uno de los primeros había que adelantar 50.000 dólares (desglosados en 5.000 en el acto, y 45.000 a los 10 días), después se pagarían los 150.000 restantes.
Pero cosa diferente son los Founders Series, pues había que reservarlos íntegramente, 250.000 dólares cada uno, y no es precisamente poco dinero. A diferencia de las reservas de 100 dólares, que las puede hacer cualquiera incluso por echar risas con los amigos, las de 250.000 dólares van más en serio. Para empezar, hay que tenerlos.
Ya ha corrido por Internet la diferencia entre la web de reserva de antes y de ahora. Los cambios han ocurrido en algún momento entre el 13 de noviembre y el 12 de diciembre, al comparar las versiones en «Wayback Machine» -máquina del tiempo- de Archive.org. Esta web va rastreando páginas por todo Internet y guarda copias cada cierto tiempo.
Al completarse esos 1.000 pedidos de Founders Series, Tesla ha facturado 250 millones de dólares. Ni mucho menos da eso como para financiar el desarrollo de un coche así, pero ¿a quién le amarga un dulce así? La versión Base del Roadster sigue pudiéndose reservar, aunque esa producción seguramente venga después de la de los Founders Series.
Que no nos extrañe que las primeras unidades de estos coches cuesten aún más cuando pisen la calle. El mercado de coches de capricho es así, aunque lleve el sambenito de ser el Tesla que más despacio ha llegado al mercado.