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BMW ofrece kits de conversión para que los MINI clásicos sean coches eléctricos

Hace cuatro años que BMW mostró en el Salón de Nueva York un MINI clásico con una motorización eléctrica. Era un demostrador tecnológico, pero recibió buena acogida y finalmente se decidió crear un kit para que los clientes que lo quisieran pudieran convertir a eléctrico su antiguo MINI. Antes de la llegada del MINI Hatch (R50), BMW heredó el MINI clásico de MG Rover, que poco había cambiado en casi 50 años.

Todos esos MINI salieron de fábrica con un motor de gasolina, pero claro, hablamos de motores que no cumplen ni la normativa Euro 3 en el caso más favorable. Algunos propietarios siguen queriendo poder usar su clásico sin tener en cuenta restricciones circulatorias ni pagar tasa ambientales, véase la Congestion Charge de Londres. El kit de conversión a eléctrico permite sortear estos problemas, al menos en el Reino Unido.

En el marco del proyecto MINI Recharged, los MINI se dejan en la fábrica de Oxford, de donde un día salieron, y se les retira la cadena cinemática de gasolina, conductos de combustible, el sistema de escape, depósito, etc. Los componentes se guardan por si algún día se quiere dejar el coche tal y como estaba, es 100% reversible. En su lugar se coloca un motor eléctrico de 90 kW/122 CV de potencia -el doble que un Cooper 1.3i- y unas baterías de capacidad modesta, pero el espacio es el que hay.

Previo a la conversión, los coches se vacían en la parte delantera casi por completo

Con su nuevo motor eléctrico, el MINI acelera a 100 km/h en unos 9 segundos, más rápido que los Cooper de esa larga generación. En cuanto a las baterías, permiten hacer unos 160 kilómetros. Para ahorrar espacio se han ahorrado componentes, así que el coche solo puede cargar en corriente alterna y a un máximo de 6,6 kW. El cuadro de instrumentos se modifica levemente para añadir las indicaciones del sistema eléctrico, y la aguja del depósito pasa a marcar «R N D», la marcha seleccionada.

Aunque el comunicado de prensa no lo detalla, en las fotos se aprecia que retiran del vano delantero prácticamente todo, incluyendo la transmisión, palieres y frenos (se mantiene el cilindro maestro y los manguitos). Eso significa que la caja de cambios también se retira, y los MINI con este retrofit pasan a tener una única relación de marcha hacia delante y otras hacia atrás. La toma de recarga aprovecha el hueco dejado por el tapón del depósito original.

Salvo por el logotipo exterior y los indicadores del tablero, resulta difícil saber que se ha convertido un MINI clásico sin agacharse a mirar los bajos ni escucharlo en marcha

Las conversiones para el mercado europeo se hacen todas en Oxford. BMW aclara que no hace falta rematricular el coche, lo cual es cierto, pero dependiendo de la normativa de cada país eso es más fácil (Reino Unido, Francia…) o una pesadilla (España). En nuestro país eso implica una reforma de importancia y homologación, la ficha técnica cambia por completo. Si el coche tenía la consideración de vehículo histórico, la pierde automáticamente.

El tablero de instrumentos respeta totalmente la estética del modelo clásico

En cuanto al precio de la conversión, no lo facilitan. Podemos tomar como referencia unas 25.000 libras esterlinas, que es el precio «desde» de un conversor independiente como London Electric Cars para un MINI de la época MG Rover. Convirtiendo a euros, metiendo el transporte, impuestos y papeleo, saldrá más o menos como un MINI Cooper SE nuevecito (34.200 euros de PVP).

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