En las últimas semanas estamos siendo testigos de cada vez más casos de propietarios de un coche eléctrico que son multados por un mal uso de la red de carga o por no ver los detalles del lugar donde realiza la misma. Ahora podemos añadir las multas que están empezando a llegar a algunos conductores por no respetar las reglas de uso.
En este caso la situación ha tenido lugar en la localidad holandesa de Noordwijk. Una ciudad situada en la zona oeste de los Países Bajos, en la provincia de Holanda Meridional, donde el ayuntamiento ha puesto en marcha una normativa que busca incentivar el bien uso de la red de carga. Cada vez más demandada por la expansión imparable de los coches eléctricos.
En este caso un propietario ha dejado su coche cargando como cualquier otro día. Hasta aquí todo correcto y donde no se ha violado ninguna norma.
Pero el problema es que cuando ha terminado la sesión de carga, el propietario no ha acudido a retirar su coche. En su lugar lo ha dejado un total de dos horas.
Uno de los controladores del aparcamiento en su ronda de vigilancia ha detectado la situación. Dos horas después de ver como la luz de la estación de carga seguía apagada, lo que indicaba que no había ninguna sesión en marcha, regresó al lugar donde estaba el coche estacionado y viendo que no había movido el coche, ha tomado nota y ha propuesto para sanción al conductor.
El resultado ha sido una multa de 95 euros. El propietario por su parte ha indicado que no era justo y que dos horas no eran suficientes, y que no podían pedir que los conductores estuviesen esperando al lado del vehículo hasta que este terminase su carga para moverlo.
Por supuesto, una explicación muy peregrina que no ha convencido a las autoridades locales que han confirmado la multa, en un evento donde se demuestra lo mucho que queda por andar, tanto en civismo por parte de los que usan las redes de recarga como plaza de aparcamiento, como por parte de los ayuntamientos a la hora de redactar normas que castiguen este tipo de comportamientos.