En la actualidad estamos viviendo en Europa una compleja situación energética provocada por la guerra de Ucrania. Pero esto solo ha sido un motivo más de un cóctel que está disparando los precios de un barril Brent que puede llegar a los 200 dólares a corto plazo. Algo que supondría que el litro de gasóleo ascendería hasta los 3 euros el litro.
Así lo ha indicado el Presidente de la patronal andaluza de gasolineras, Antonio Felices, que avista un complejo panorama para los carburantes por una serie de eventos que está provocando una tormenta perfecta donde el coste de los combustibles corre el riesgo de seguir escalando todavía más.
En una entrevista en el Diario de Jerez, el Sr Felices indica que la guerra de Ucrania ha provocado el cierre o bloqueo de los transportes de diésel desde la región y desde Rusia. A esto se suma que la Organización de Países Productores de Petróleo no hayan aumentado su capacidad en los prometidos 400.000 barriles día adicionales.
Pero hay más razones que dibujan un escenario muy negro para los precios de los carburantes. Por un lado la guerra ha provocado que el G7 haya promulgado la intención de levantar un embarco al petróleo ruso, o al menos reducir en la medida de lo posible su importación.
Un suministro que no cuenta con alternativas ya que ni Estados Unidos, también azotada por unos precios elevados de los carburantes, ha liberado el millón de barriles diarios adicionales, ni tampoco la promesa de añadir a Venezuela como productor ha tenido efecto, ya que el país cuenta con unas infraestructuras dañadas por las sanciones de Estados Unidos y totalmente obsoletas. Algo que se traduce en que su capacidad necesitará años y miles de millones en inversión para ser recuperada.
No terminan aquí las malas noticias. Y es que la cotización del barril de petróleo Brent ha estado relativamente estable, rondando los 100-120 dólares el barril. Pero esto ha sido en parte gracias a la drástica reducción de consumo desde China causada por los durísimos confinamientos en grandes urbes como Shanghái. Unas ciudades que ahora poco a poco vuelven a recuperar su actividad, y con ella el consumo de combustible.
Según los datos del Bank of America, nos encaminamos a un escenario donde el barril de Brent puede llegar a los 200 dólares, y a todo esto, el dólar tiene el precio más alto de los últimos 20 años, por lo que la depreciación del euro también influye en la subida de los precios combustibles.
El resultado es que es posible encaminarnos a corto plazo a una situación donde el precio del diésel llegue a los 3 euros el litro.
Algo que supondrá en la práctica que un coche diesel con un consumo medio de 6 litros a los 100 km pueda recorrer en la actualidad apenas 180 km con 20 euros de gasóleo, pasará a poder recorrer solo 110 kilómetros con ese dinero. O un coche con un depósito de 50 litros pasará de pagar los 90 euros actuales a unos 150 euros por llenar.
Esto sin duda sería un golpe durísimo para las economías de todo el mundo, excepto la de los productores de petróleo, ya que encarecer el transporte supone encarecer prácticamente toda la cesta de la compra, además del transporte público y personal.
Una situación a la que mercados como España están fuertemente expuestos por su exposición a combustibles como el diésel, que se encarga de transportar el grueso de las mercancías.
La solución a corto plazo: reducción fiscal
Curiosamente el Sr Antonio Felices da como solución a corto plazo una reducción fiscal de los combustibles como una herramienta más efectiva que los subsidios directos como los que se están dando actualmente. Incluso han llegado a pedir que el IVA se redujese del 21% al 10% tal como se ha hecho en otros sectores, como el de la electricidad.
Un formato que ya hemos comentado aquí en innumerables ocasiones como la ideal para promocionar realmente la movilidad eléctrica, y de esa forma sentar las bases para una sociedad menos dependiente de unos combustibles fósiles que van camino de convertirse en un objeto de lujo para todos.