En las últimas horas ha saltado la noticia del cese de Herbet Diess como director ejecutivo del Grupo Volkswagen. Una sorpresa teniendo en cuenta la reciente renovación del directivo hasta 2025, y que a partir del 1 de septiembre dejará su cargo al actual máximo responsable de Porsche, Oliver Blume.
La sorprendente salida de Diess supone el final de unos duros enfrentamientos que el jefe de Volkswagen llevaba tiempo teniendo con los sindicatos y otros grupos de interés claves en la compañía. Una lucha interna donde los grandes cambios que proponía Diess, como la estrategia de transformación y los recortes de costes, han levantado muchas ampollas dentro del consejo que ha terminado por su final de mandato de forma prematura.
Las razones de esta salida pueden ser varias. Por un lado además de los enfrentamientos con sindicatos y con algunas partes del accionariado, estaba según la prensa alemana, la mala comunicación que tenía el Sr Diess. Incluso alguno la califica de miserable, en relación a su acercamiento a la filosofía de Tesla que se plasmó en varios encuentros con Elon Musk y sobre todo, los constantes elogios del propio Diess hacía la dinámica y la estrategia de Tesla. Algo que según la prensa alemana, ha dolido mucho dentro de las partes más conservadoras del consejo del grupo.
Y es que pocos son los que cuestionan la estrategia seguida donde se ha pasado del escándalo del diéselgate, que estalló justo en año que llegó al mando, a ser una de las marcas con más inversión en movilidad eléctrica del planeta. Pero esto no ha sido suficiente.
Las ventas no han acompañado a una inversión que está todavía en fase de desarrollo y que necesitará unos años antes de lograr sus frutos. Un desarrollo de las gamas y la producción de baterías que no esconde las cifras muy mejorables de ventas de un gigante industrial y económico que está viendo como otras marcas le superan también en volumen.
Por ejemplo, en los seis primeros meses del año, a nivel global Tesla ha sido la gran referencia, aumentando su distancia. Le sigue BYD, la también china SGMW (SAIC-GM-Wuling) y BMW en la cuarta plaza. No es hasta la quinta en la que encontramos a Volkswagen, que como vemos se coloca por detrás de su rival alemán y con Mercedes pisándole los talones.
Una posición que además depende casi en exclusiva de un modelo, el ID.4, que ocupa la décima posición de ventas totales en todo el mundo, con un ID.3 que ha desaparecido de los listados de ventas, incluso en Europa, su gran bastión, donde se ha hundido hasta la 12 plaza en el acumulado del año, siendo superado por el Audi Q4 etron, el Peugeot e208 y el Renault ZOE, y por supuesto, muy lejos de los líderes. Tesla Model y y Tesla Model 3.
El software es también otro de los clavos que han terminado con Diess fuera de Volkswagen. Un apartado que se le ha atragantado a Volkswagen, siendo fruto de una gestión muy descuidada donde en los inicios incluso se ha subcontratado y tratado como un elemento secundario. El resultado, una primera generación de coches plagados de errores que han estropeado la experiencia y sentenciado a nivel de imagen a los mismos.
Un aspecto clave que el grupo alemán ha comprendido de su importancia por las malas, y que han tratado de solventar con una ingente cantidad en una división propia que ha tenido que ser puesta en marcha casi desde cero. Una sección denominada Cariad, que también atraviesa sus problemas para completar los objetivos marcados y que para muchos, ha sido posiblemente una de las principales razones del adiós de Diess.
Para tratar de financiar la expansión de la gama eléctrica, y mejorar los aspectos de software y digitalización, Volkswagen estaba preparando la salida de Porsche a bolsa. Una solución de emergencia vendiendo la marca más rentable del grupo, que para algunos también ha podido tener su efecto. Pero curiosamente el sustituto de Diess al frente de Volkswagen, Oliver Blume, actual CEO de Porsche, también es partidario de esta salida, por lo que sería extraño que se revertiese.
Queda ahora por ver qué cambios traerá Blume a Volkswagen. Pero no tendrá fácil solventar grandes retos, como el derrumbe casi total de ventas en China, donde los consumidores locales están volcándose en marcas chinas revertiendo lo visto hasta ahora con los coches con motor de combustión.
Una competencia que ahora está en Europa, y que supondrá tener que ponerse la pilas tanto desde el punto de vista de la imagen, como de la producción, software, conducción autónoma, pero también segmentos a cubrir y precios.
También queda por saber qué hará Diess una vez se desligue de Volkswagen, con rumores cada vez más intensos de que ya tiene un acuerdo con Tesla para ocupar el puesto de director ejecutivo. Algo que Elon Musk llevaba tiempo buscando para poder centrarse en las labores de director general.