Recientemente os informamos de cuál era la situación de Faraday Future, a falta de conocer los resultados financieros del segundo trimestre. Ya los tenemos, y no sorprenderán a nadie. A lo largo del segundo trimestre Faraday Future tuvo un resultado operativo de 137 millones de dólares en pérdidas, prácticamente cinco veces más (+390%) respecto al año pasado. Las pérdidas netas han sido de 142 millones.
Según se va acercando la puesta en marcha de una línea de producción (SoP) es normal que haya un incremento de gastos importante. La compañía dice que han tenido que gastar más en ingeniería, diseño y pruebas, así como en más recursos humanos (sueldos) para poner en marcha la fábrica de Hanford (California, EEUU). La fábrica se ha rebautizado como FF ieFactory California.
Sabíamos que la producción del FF 91 se iba a poner en marcha antes de fin de año, ya que tienen casi todo listo en la fábrica, pero que haría falta más dinero. Han hecho más de una docena de vehículos que son prácticamente válidos para su venta. Al cerrar el trimestre (30 de junio) tenían 121 millones en caja, pero a fecha del 9 de agosto solo les quedaban 52,2 millones.
Parte de lo necesario ya lo tienen a mano, al cerrar un acuerdo de financiación de 52 millones de dólares de ATW Partners ahora y otros potenciales 600 millones. Además, mañana la empresa tendrá otra oportunidad de darse brillo durante el Concours d’Elegance de Pebble Beach (18-21 de agosto), donde la clientela potencial podrá conocerlo.
Y es que el precio que tendrá el coche será considerable. Antes de que la inflación estallase, a los inversores se les comunicó 180.000 dólares de precio objetivo para el FF 91 Futurist o 120.000 dólares para el modelo «básico». Está en gama de precios por encima de Lucid y muy por encima de Tesla. El Model S Plaid tiene un precio de 135.990 dólares, y es el modelo más caro que tienen con carrocería sedán con el precio ya inflado.
Pero Faraday Future sigue teniendo complicada su situación hasta que empiece a remontar dinero en caja. Necesita facturar coches. El inicio de la producción es muy caro y va a tener que seguir haciendo malabares con la financiación hasta que el ritmo de coches que salen de fábrica y los pedidos empiecen a llegar a una velocidad mínima.
