Benoît Iizuka quería un coche eléctrico, pero ni muy lujoso ni demasiado esencial. Por eso se decantó por un Audi Q4 40 e-tron con las baterías de 77 kWh, aunque con muy pocos extras. Este francés de 48 años había descartado los EQ de Mercedes-Benz por los plazos de entrega o por sobrevalorados, al Volvo XC40 Recharge por ser «fabricado en China» (aunque se hacen en Bélgica) o el Renault Mégane E-TECH por su pequeño maletero.
En realidad, prefería el Tesla Model 3, pero le echaron hacia atrás los acabados de coche económico y la falta de botones. Su perfil no es el del típico cliente de coches eléctricos, es ingeniero y tuvo en cuenta más cosas de lo normal. El equipamiento de serie prácticamente colmó sus expectativas, por lo que apenas añadió extras, poco más de 2.000 euros.
Solo están la pintura metalizada, control de crucero, cristales laminados laterales delanteros -mejor insonorizados- y el paquete de Confort, que incluye el ajuste lumbar de los asientos y los retrovisores abatibles eléctricamente. A todo pasado se arrepiente de no haber elegido las cámaras perimétricas de aparcamiento, el portón trasero eléctrico y la climatización trizona (para pasajeros de atrás).
El equipo de serie incluye asientos de tela negra, llantas de 19″, interior en gris acero, instrumentación digital, climatizador bizona automático, equipo de sonido con radio DAB, faros LED, sensores de luces y lluvia, limitador de velocidad, asistencia al aparcamiento trasera (por ultrasonidos), reposabrazos central ajustable o el aviso de abandono del carril.
Parte de las críticas se van a detalles del interior, como que los parasoles no se pueden extender a los lados, poca calidad percibida en la guantera o la falta de iluminación del espejo de cortesía, menudencias en un coche de su precio. Donde menos satisfecho se encuentra es a nivel de software, y seguro que no es el único cliente de Volkswagen-Audi que lo piensa.
Así, a veces tiene problemas para recargar si abre el maletero, le pide que ponga las manos en el volante cuando no las quita, fallos en la aplicación MyAudi o que el sistema Plug&Charge no funciona con los cargadores de IONITY. A este respecto, nunca ha pasado los 125 kW de potencia, aunque en un EVBox sí llegó a 135 kW. Su consumo en 6.600 kilómetros ha sido de 18,1 kWh/100 km.
Según su testimonio, la mitad del kilometraje se ha hecho por autopista a 130 km/h -legal en Francia con buen tiempo- con sus tres familiares directos y maletero lleno. Con el A/C puesto a 24-25 ºC y temperaturas exteriores de 35-40 ºC, las baterías le dan para 360 km, como un Burdeos-Nimes con sola una parada a recarga. En vías secundarias regionales se ha hecho 540 km por carga.
En nuestro país no se puede configurar un coche exactamente igual que el suyo, ya que el paquete Advanced viene sí o sí de serie. Añadimos el color de carrocería Azul Géiser Metalizado (960 euros), el paquete Confort viene incluido, lunas con aislamiento acústico para puertas delanteras (135 euros) y el regulador/limitador también viene de serie.
En España un coche con esos extras saldría a 55.220 euros de precio base y otros 1.095 en extras. Es una cantidad importante, aunque no especialmente exagerada cuando hablamos de coches eléctricos en esta categoría. Y mirando menos el precio de los extras ya se entra en el terreno de los 60.000 euros. Incluso sin ningún opcional, este modelo (Q4 40 e-tron) no entraría en el Plan MOVES III, se pasa de 45.000 antes de impuestos.
Fuente | Automobile Propre