El transporte de los coches eléctricos en camión, un problema de peso máximo autorizado
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Publicado: 06/10/2022 19:07
Cuando se transportan los coches de gasolina, el transportista se puede ahorrar unos kilos cuando van los depósitos vacíos, pero cuando hablamos de coches eléctricos, eso da igual. Pesan más de lo normal, especialmente por las baterías, estén cargados a tope o vengan tiesos. Para los camioneros y empresas de logística, supone un problema de peso (nunca mejor dicho).
Los camiones de transporte de vehículos no siempre pueden cargar tantas unidades que si fuesen motorizaciones convencionales. En ocasiones, puede verse superada la masa máxima autorizada del conjunto, por lo que acaban haciendo falta más camiones, más viajes, más combustible y más emisiones para transportar el mismo número de vehículos. Ah, y lo más importante, más costes de transporte (menos vehículos entre los cuales repartirlos).
En la Unión Europea se armonizó en 1999 la masa máxima autorizada en camiones. Con dos ejes, 18 toneladas. Con tres ejes, 25 toneladas, pudiendo añadir una tonelada extra con un eje con neumáticos dobles y suspensión neumática. Si tienen cuatro ejes, 31 toneladas, y si tienen dos ejes direccionales, ruedas gemelas y suspensión neumática, hasta 32 toneladas.
Problema similar tienen en Estados Unidos. La normativa vigente, de 1975, pone un tope a los conjuntos de Clase 8 en 80.000 libras, 36,3 toneladas. Solo el tractocamión y el remolque pueden alcanzar la mitad de esa cifra, y no son precisamente descabelladas las cifras de 2,5 toneladas por vehículo en determinados segmentos.
La industria del transporte ya está avisando que si las ventas de coches eléctricos siguen aumentando, o les permiten circular más cargados, o habrá que hacer más viajes. Piden un incremento de hasta 8.000 libras, que son más de 3.600 kg, o un vehículo más por lo menos. Por ejemplo, una Ford F-150 Lightning pesa unas 1.600 libras extra respecto a una versión de gasolina, 725 kg.
Contra esta postura tienen a la industria del ferrocarril, que puede mover unos pesos brutales sin mayor problema, y asociaciones de Seguridad Vial, que con buen criterio recuerdan que camiones tan pesados son más difíciles de detener, pueden volcar con mayor facilidad, y producen un desgaste acelerado del firme y estructuras críticas como puentes. Es un problema de difícil solución.
Y a todo esto le podemos dar una vuelta de tuerca. El problema planteado es para camiones diésel o de gas natural, los predominantes hoy día. Cuando los camiones sean eléctricos, y si la capacidad de carga no es la misma, habrá que hacer más viajes igualmente para transportar el mismo volumen de coches.
Igual una solución simple y aparentemente estúpida puede funcionar, y es cambiar la cultura de la logística, y que más compradores opten por recoger los coches directamente de fábrica o centros logísticos donde lleguen los trenes. Algunos fabricantes dan esa posibilidad, aunque normalmente hablamos de producto Premium y cosas más bien especiales.
La pelota está en el tejado de los legisladores, a menos que la industria del camión permita aligerar los convoyes. Teniendo en cuenta que se viene la electrificación fuerte, incluso en larga distancia, las masas no van hacia abajo, sino en sentido contrario. Menuda papeleta. En cualquier caso, apunta a que quedará resuelto antes en EEUU que en la Unión Europea…