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El precio de las baterías sube por primera vez desde 2010 y no volverá a bajar hasta 2024

De acuerdo con un informe publicado por Automotive News Europe a partir de datos recopilados por BloombergNEF, el alza en el precio de las baterías podría poner en riesgo la llegada de coches eléctricos asequibles al mercado, algo que probablemente solo se pueda paliar a través de nuevas químicas más asequibles.

Aunque entre 2010 y 2021 los precios cayeron de más de 1.000 dólares/kWh a apenas 141 dólares/kWh, en 2022 han experimentado un aumento del 7%. Esto se debe principalmente al mayor coste de los materiales utilizados en las celdas (litio, cobalto, níquel), lo que explica el auge de las baterías LFP (litio-ferrofosfato) en los últimos tiempos.

La mayor demanda de materias primas y la lentitud a la hora de abrir nuevas vías de suministro han provocado un importante incremento de los precios, si bien habría que señalar que el cobalto y el níquel han comenzado a bajar por primera vez en meses. Es interesante mencionar que las antes mencionadas baterías LFP no utilizan dichos minerales.

Probablemente debido a ello, en lo que va de 2022 esta química ya representa alrededor del 40% de las ventas globales de vehículos eléctricos, siendo los dos mayores fabricantes del mundo (los grupos chinos CATL y BYD) sus principales valedores. El equipo de expertos de BloombergNEF estima que esta tendencia se mantendrá durante el año 2023.

Producción de baterías Blade de BYD

CATL y BYD lideran el mercado mundial de baterías

A partir de 2024 los precios deberían volver a caer, quedando por debajo del umbral de los 100 dólares/kWh para 2026. Dicha cifra suele considerarse el punto de inflexión general para lograr que los coches eléctricos igualen los costes de los modelos térmicos, si bien es posible que en los automóviles más asequibles sean necesarios unos costes todavía más bajos.

Para que los precios de las baterías sigan reduciéndose, serán necesarias importantes inversiones en la cadena de suministro, los procesos de producción e I+D. Solo así será posible que el grueso de la población pueda acceder a modelos eléctricos; de lo contrario, los objetivos de descarbonización de regiones como Europa serán imposibles de alcanzar.

Una de las alternativas que más fuerza están tomando en los últimos tiempos son las baterías de sodio, un material más abundante, barato y fácil de reciclar que el litio. El año que viene, tanto BYD como CATL comenzarán a producir en serie celdas de este tipo, siendo muy probable que se popularicen a lo largo de la segunda mitad de la década.

Fuente | Automotive News Europe

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