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Las primeras pruebas muestran que el BYD Seal lo tiene casi todo para triunfar en Europa. Casi todo…

En los últimos días estamos viendo las primeras pruebas de periodistas occidentales con el nuevo BYD Seal. Una atractiva berlina china que ha nacido para conquistar el mercado global y que cuenta con todo lo que se le podría pedir para hacerlo con éxito. Diseño, prestaciones, tecnología, precio. Pero el Seal tiene un grave problema que puede hacer tambalear sus opciones en occidente.

En los vídeos podemos ver como la propuesta es de lo más completa. Empezando por un diseño exterior que con mucha diferencia es el mejor que ha hecho BYD hasta el momento, y posiblemente, el más atractivo que ha salido de un equipo de diseño chino. Posiblemente.

Hablamos de una berlina que se colocará por tamaño ligeramente por encima del Tesla Model 3, al que separan 11 centímetros. Y es que el BYD llega a los 4.8 metros de largo, segmento D, que le sitúan a medio camino entre el Model 3 o el Lucid Air.

El interior también está muy cuidado, con materiales que los probadores destacan por su elevado nivel de calidad al tacto. Un espacio lleno de detalles como una gran pantalla que además tiene la capacidad de rotar. De esa forma podremos colocarla de forma horizontal para disfrutar de los contenidos multimedia, o vertical, para sacar mayor partido a aplicaciones como el navegador.

Incluso cuenta con un sistema de micrófono, que nos permite dar una nueva dimensión a la palabra karaoke respecto a la propuesta de Tesla.

Se asienta sobre la arquitectura «e-platform 3.0» y equipa las baterías Blade del fabricante, las cuales cuentan con un diseño estructural CTB (Cell to Body) y celdas LFP (litio-ferrofosfato). Está disponible en tres versiones. Una de acceso dotada de un motor eléctrico trasero de 150kW y una autonomía de 550 km. La según opción será una variante Long Range, que elevará su potencia hasta los 230 kW, sigue siendo tracción trasera, y la autonomía hasta los 700km, mientras que la más prestacional llega a los 390 kW (531 CV) suficientes para alcanzar los 100 km/h en 3.8 segundos. Su autonomía máxima en este caso bajará algo respecto a la Long Range, con 650 km.

Usará la nueva plataforma 3.0 de BYD. Una arquitectura de 800 V, que según el fabricante, permitirá una escalada de la producción más eficiente y económica, y además también permitirá al vehículo acceder a potencias de carga rápida considerables.

La conducción destacan que es mejor de lo esperado, con una buena respuesta de motor y suspensiones. Algo fundamental en un modelo con una versión capaz de competir contra los grandes deportivos en aceleración.

El gran hándicap del BYD Seal

La descripción nos muestra un producto que con el precio adecuado, puede tener su hueco en el mercado europeo. El principal problema de este modelo lo encontramos en su maletero.

Y es que a pesar de su tamaño, la zona del maletero apenas llega a los 320 litros. Una cifra ridícula para una berlina con la que podremos viajar. Eso si, ligeros de equipaje en un modelo que tiene menos capacidad que un Renault ZOE, 385 litros, y que no logra compensar con el maletero delantero donde apenas hay espacio para un cable de carga.

Queda por saber el precio con el que llegará el BYD Seal a Europa. Pero está claro que va a tener que lidiar con una importante limitación que resulta cuando menos llamativa ya que hablamos de un coche de nueva generación, que usa una plataforma propia y dedicada, pero que no ha evitado que llegue al mercado con una de las relaciones tamaño/maletero más desfavorables.

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