Ford y Volkswagen mantienen desde hace cuatro años un acuerdo de colaboración en sectores estratégicos como los vehículos industriales y la electromovilidad. Sin ir más lejos, la firma del óvalo presentó hace apenas unos días su primer coche eléctrico basado en la plataforma modular MEB de sus socios, el nuevo Explorer, que llegará a Europa a finales de año.
A pesar de la reciente disolución de la empresa de conducción autónoma Argo AI, participada por ambos fabricantes, se espera que esta cooperación vaya a más en el futuro. Oliver Blume, CEO del Grupo Volkswagen, confirmaba recientemente que esta asociación se está intensificando. «Solo estamos al comienzo de nuestro proyecto de cooperación».
Tras el Explorer, Ford desarrollará un segundo modelo sobre la misma plataforma, el crossover deportivo Capri. Ambos vehículos se ubicarán en el segmento C (compactos), uno de los más importantes de nuestro mercado. Martin Sander, jefe de la marca en el viejo continente, tiene claro que sin Volkswagen «no tendríamos un vehículo eléctrico de volumen para el mercado europeo en este momento».
El próximo lanzamiento de Ford en Europa será el Puma eléctrico, que utilizará una versión adaptada de la plataforma B2E del Puma térmico. El futuro Mustang Mach-E de segunda generación, que comenzará a fabricarse en la planta española de Almussafes (Valencia) a lo largo de 2026, también empleará una arquitectura propia: la GE2.
Volkswagen lanzará el ID.2 en 2025
¿Significa esto que Ford dejará de usar tecnología de origen Volkswagen en sus futuros modelos? No necesariamente. Durante una reciente entrevista con Autocar, Sander ha revelado que, si bien todavía no se ha decidido si se seguirá empleando la plataforma MEB, es una opción que no ha sido descartada. «No decidido no significa que hayamos decidido no hacerlo».
Esto abre la puerta a la llegada de un hipotético Fiesta eléctrico asentado sobre la plataforma MEB Entry, una arquitectura desarrollada específicamente para el segmento B que debutará en 2025 con los CUPRA Raval y Volkswagen ID.2. Sin embargo, por el momento Ford no considera prioritario dar reemplazo al Fiesta, cuya producción terminará este verano tras 47 años a la venta, aunque no descarta hacerlo más adelante.
«Tenemos que ser sabios en nuestras elecciones y decidir dónde gastar nuestro dinero, dónde hacer la inversión necesaria para llegar a un negocio positivo. En este momento, con los costes de las baterías donde están, no veo un Fiesta eléctrico a corto plazo«.
Fuente | Autocar
